Un
año después de la revuelta popular provocada por la declaración de la
Consejería de Sanidad de su intención de privatizar la gestión sanitaria de 6
hospitales y 27 centros de salud públicos que, finalmente, el día 27 de diciembre
se convirtió en Ley al aprobarse los Presupuestos de la Comunidad de Madrid (con
el voto en contra de todos los grupos parlamentarios), quien más, quien menos, andamos
todos haciendo cábalas y balances sobre lo que se consiguió y lo que no pudo
impedirse.
Mi
opinión personal, ya lo he manifestado, es que se consiguió mucho.
Fundamentalmente
frenar “la primera andanada” y finalmente poner palos (jurídicos) en la rueda de
la privatización hasta el punto de atascarla, aunque sería excesivamente
optimista decir “frenarla”.
Pero,
sobre todo, el mayor logro fue el de alertar al ciudadano corriente del saqueo
que, a costa de su salud y de su bolsillo, iba a perpetrar nuestro gobierno
regional abusando de la mayoría absoluta que una parte de los madrileños le
habían dado en las urnas sin imaginar que sería utilizada en contra de sus
derechos.
Hace
unos pocos días localicé este resumen de Paula Díaz que, aparte de bastante
completo y bien contado, es notablemente objetivo y realista.
Ni
le quita mérito a lo conseguido, ni tampoco minimiza la gravead de lo que, pese
a todo, siguen haciendo desde la consejería, abusando del poder que les da el
manejo de nuestros datos personales, de nuestra angustia ante la enfermedad y,
sobre todo (y esto es más bien culpa nuestra): de nuestra ignorancia, indiferencia
y ovejuna docilidad.
Ahí
queda el artículo para quien quiera hacer un repaso o incluso consultar alguno
de los enlaces a documentos y noticias que pueden resultar de interés para
quien, a estas alturas, aún no se haya enterado de qué es lo que nos estamos
jugando.
Saludos.
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