Debido
al auténtico diluvio de “información” (desinformación a veces) al que nos vemos
diariamente sometidos, tendemos a olvidar en cuestión de horas cualquier la
mayor parte de la que recibimos.
Y
por ello, en muchas ocasiones, somos incapaces de “atar cabos” y sacar conclusiones
de asuntos cuya trastienda es mucho más compleja y a veces vergonzosa, o
incluso delictiva, de lo que, aprovechando nuestra desmemoria, intentan
hacernos creer.
Y
eso es exactamente lo que, en mi opinión, ocurre con “el simple problema
administrativo” que, según el presidente y el consejero de sanidad de la
Comunidad de Madrid, ha impedido a 30.000 mujeres realizarse, en plazo, las
mamografías que tenían programadas.
Afortunadamente
algunas personas están algo más atentas y esta mañana un miembro de la
Plataforma de La Princesa nos ha remitido esta información del 12 de diciembre
de 2012 que muy bien pudiera estar en el origen de todo este despropósito que
además es un atentado contra la salud de las ciudadanas a quienes se les retrasa
innecesariamente una prueba diagnóstica que en el mejor de los casos le servirá
para descartar la existencia de un posible (por ser paciente de riesgo) tumor y
en el peor le podría costar la salud o incluso la vida por no ser detectado a
tiempo.
Y,
esto: tan sólo por la codicia de los mercaderes de la salud.
Y
esto: mientras los mamógrafos los medios y los técnicos de los hospitales
públicos están infrautilizados o directamente “mano sobre mano” porque el “call
center” tiene instrucciones de derivar este tipo de pruebas a centros privados.
Quizá
pudiera haber motivo para una querella en un asunto como este en el que, además
del genérico derecho a la salud (de todos), puede estar en riesgo la vida de
algunas mujeres con nombre y apellidos.
Saludos.
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