Me
entero ayer de que la presidenta de Brasil Doña Dilma Vana Rousseff ha
contratado a 4.000 médicos cubanos para “dar cobertura sanitaria a las regiones
más pobres”.
Salvando
las diferencias, me recuerda un poco a
la “Misión Barrio Adentro” que, desde 2005, ha movilizado 32.000 médicos cubanos
repartiéndolos por Venezuela para atender a los pobladores de los barrios más
empobrecidos en los que la atención sanitaria era deficitaria cuando no
inexistente.
La
noticia, así a bote pronto, me alegra.
Sin
embargo leo a continuación que “Sectores de la oposición acusan a Brasilia y La
Habana de someter a los médicos a "trabajo esclavo" porque el
gobierno cubano recibe una parte del pago”
Me
alarmo, sigo leyendo y veo que los sueldos rondarán los 1.600 $ mensuales
(1.200 €/mes).
Y,
leyendo un poco más, que la canasta básica familiar (no sé si en Brasil, o en
Cuba) es de 100 $/mes (75 €/mes)
Y,
buscando datos por mi cuenta, compruebo que la Renta per cápita (PIB) de esos países comparada con las de los
EEUU y algunos países europeos es la siguiente:
A la
vista de estos datos, y aun admitiendo lo rudimentario de mi análisis, llego a
la conclusión de que más o menos les van a pagar lo que aquí en España cobra un
MIR (Médico interno residente)
incluyendo las guardias; Cifra que, sin ser para tirar cohetes, ya quisieran
para sí muchos trabajadores (experimentados y curtidos) de otros sectores.
Pero
es que, además, en el caso de los médicos cubanos en cuyo país la horquilla
salarial (oficial) debe ser próxima a 1 (es decir prácticamente todo el mundo
cobra casi lo mismo con independencia de su oficio o profesión) los 16.386 $ anuales deben
ser el equivalente a una pequeña fortuna incluso teniéndolos que compartir con
el Estado (en Cuba, por lo visto, no existe el IRPF).
Dicho
lo cual, y dando por buena la afirmación del gobierno brasileño de que dichos
médicos “de importación” irán a cubrir las plazas que han desdeñado los médicos
locales, no me parece a mí que el asunto sea para armar tanta bulla.
Y,
además, a título personal, me alegro de que un país tan cuestionado como Cuba
tenga el poderío de ser capaz de ofrecer a otros países personas tan profesionalmente
capacitadas como sus médicos, algunos de los cuales (según me han contado)
andan por aquí ejerciendo en la sanidad pública española con notable éxito de
público (y de crítica).
Como
dice una persona en uno de los comentarios, unos países “exportan” médicos y
otros soldados (o, para ser más exactos, asesinos mercenarios vestidos de
uniforme)
Saludos.
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