Llevo
mucho tiempo predicando (y no soy el único, ni el más documentado) la
conveniencia de ir “saliendo” de cualquier tipo de supuesta inversión en
productos promovidos, garantizados, gestionados u ofrecidos por los bancos.
Mi
opinión, y la de otra mucha gente, es que los bancos, pese a las astronómicas
cantidades de dinero que se les ha inyectado por parte de los distintos
gobiernos del planeta, están lisa y llanamente quebrados.
Simplemente
no tienen (ni pueden obtener) el dinero necesario para hacer efectivos sus
compromisos económicos.
Es
más, no existen en el mundo “activos reales” que puedan representar ni siquiera
una mínima parte del valor que les atribuyen a los distintos productos
(papelitos) en los que dicen que tienen invertido nuestro dinero.
Cuento
esto porque recientemente he localizado un par de artículos que vienen como
anillo al dedo a esta “tesis”
EL
título del primero “El
inminente estallido de una nueva crisis financiera” (Marco Antonio Moreno, Attac.es 5-VIII-2013) hace innecesaria cualquier aclaración
sobre el contenido.
Aunque quiero aclarar, ahora sí, que (salvo que alguien mejor informado me rectifique) supongo que Marco
Antonio Moreno no es un "señor" sino un "colectivo" que publica un interesante blog de economía “El blog salmón” bien
maquetado y mejor documentado en el que, desde hace 5 años, se abordan los más
varipintos asuntos relacionados con la Economía, las políticas económicas y “los mercados”
En
cuanto al segundo artículo tengo que decir que me ha puesto sobre aviso de una
nueva trampa contable que los “reguladores” financieros (con la complicidad de
los gobiernos) han arbitrado para “maquillar” (mientras se pueda) los feos
balances de la banca antes de que el personal llegue a la conclusión de que
están irremediablemente quebrados y se produzca una estampida universal.
El
truco consiste en considerar como activos (dinero más o menos efectivo) los
impuestos que se van a ahorrar en los próximos 18 años, precisamente por perder
dinero sistemáticamente durante ese periodo, o a cuenta del que ya han perdido
sin habérnoslo comunicado.
Carlos
Sánchez Mato lo cuenta mucho mejor que yo y pienso que (salvo para los que
prefieran mirar para otro lado a ver si “escampa”) merece la pena estar al
corriente.
Insisto
nuevamente: conviene “Matar
de hambre a la bestia” y cuanto antes nos pongamos a ello, mejor para
todos.
Me alegra
saber que algunos amigos míos (con capacidad de ahorro) han descubierto las
delicias del trato directo (y sin comisiones) con el Banco de España para
comprar deuda pública.
A alguno
incluso parece que le motiva bastante más que los juegos de azar y le saben a gloria
los intereses que recibe.
Confío en
que no se convierta en “deudópata”
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario