De cuando en cuando (y supongo que no soy el único), ante tanta miseria
moral como se nos ofrece por parte de (una parte de) nuestros representantes
políticos, me pongo a fantasear con las decisiones que adoptaré (de modo inmediato)
al día siguiente de ser investido como Presidente del Gobierno de España.
Por supuesto no pienso desvelarlas ahora (para que
no me las copien).
Pero, a la vista de por dónde respiran otros, empiezo
a pensar que, quizá, no sea yo tan pervertido, ni tan original, como pensaba
hasta esta misma mañana.
Isaac Rosa ha publicado un artículo hoy, en
Eldiario.es, en el que, envidioso de las ideas que a mí aún no se me han
ocurrido, no sólo las expone atropelladamente a la vista de todos, dando pistas
“al enemigo” (en el PP, en el PSOE y en CIU deben andar a estas horas
aterrorizados haciendo las maletas) sino que, una vez abierto el melón de las
derogaciones (con el pretexto de la Ley Wert), se lanza a tumba abierta a una
verdadera orgía que, aunque, él no lo menciona, llegará sin duda hasta el día
31 de marzo de 1492 con la derogación del Edicto de Granada (decreto de expulsión
de los judíos de la península ibérica).
La verdad es que el viaje hacia atrás en el tiempo
resulta excitante, sobre todo en lo referido a los últimos cuatro años.
Es como ese glorioso invento de la "restauración del sistema operativo" a una fecha anterior en la que aún no se nos había metido el virus de la última cepa del capitalismo (mortal de necesidad).
En todo caso, aparte del “calentón” (moral) que
supone la lectura de su artículo, tiene la virtud de apuntar a uno de los habituales
problemas que surgen cuando “ya puestos, . . .” metemos en el mismo lote, y con
la misma prioridad, la derogación de la Ley Wert, la Reforma laboral, la modificación
del artículo 135 de la Constitución, la abolición de la monarquía y de la
propiedad privada y, “ya puestos, . .” la
recuperación de Cuba y Filipinas.
De mis sueños húmedos hablaré otro día.
Cuando los ponga en orden.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario