¿Pesimismo?, ¿Optimismo?
Planteaba
ayer esa disyuntiva Luis García Montero en el título de un inteligente y lúcido
artículo publicado en Infolibre.
Y,
aunque su respuesta va mucho más allá y tiene mucho más recorrido conceptual,
yo -después de leer el susodicho artículo y tras coincidir en todo lo que dice-,
si tuviera que elegir, me apuntaría al Optimismo.
Pero
sobre todo coincido en que no hay por qué elegir un estado de ánimo, sino más
bien instalarnos en un estado de conciencia.
Claro, como el caldo de un asilo.
Saludos.
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