Aprovechando
que hoy es día 7 y acaba de comenzar la campaña de la Declaración de la Renta, voy
a exponer mi opinión sobre "el 0,7" y el engaño que, a mi juicio, supone el marcar la
casilla de “106 Asignación de cantidades a fines sociales” mediante la que Hacienda (que somos todos)
nos anima a ser “solidarios” y destinar “un 0,7 por 100 de la cuota íntegra a
los fines sociales previstos en el Real Decreto 825/1988, de 15 de julio (BOE
del 28)”.
Antes
de nada quiero aclarar que, lo que afirmo para la casilla 106 (Asignación de
cantidades a fines sociales) , sirve igualmente para la casilla 105 (Asignación
tributaria a la Iglesia Católica).
Pero
prefiero centrarme en la casilla 106 porque creo que es donde se produce el
mayor engaño.
Y
lo digo por las siguiente razones:
1ª
Cuando marcamos la susodicha casilla, no estamos siendo solidarios con nadie.
Simplemente estamos sustrayéndole al Estado una parte de nuestros impuestos para
que, supuestamente, dedique dicho importe a “fines sociales”. Es decir no
ponemos ni un solo céntimo de nuestro bolsillo.
2ª
Además, con este “gesto”, contribuimos a tapar las vergüenzas de nuestros sucesivos
gobiernos que, con dichos dineros, disimulan el incumplimiento del compromiso adquirido
en octubre de 1981 de destinar (el Estado) el 0,7 % del PIB a la cooperación al
desarrollo.
3ª
Adicionalmente, aunque muchas de las personas que marcan dicha casilla no
desean que se financie con dinero público (y mucho menos con el suyo) a la
iglesia católica, una parte de ese esos importes terminan recalando en
organizaciones confesionales regentadas en su mayor parte por la iglesia
católica.
Y,
lo que es peor, sospecho que una buena parte de esa buena parte pueda quedar en
manos de la “jerarquía” y no llegar jamás a las organizaciones que realmente
trabajan con la “gente”.
Durante
bastantes años marqué dicha casilla hasta que algunas personas me advirtieron
de la incongruencia y la hipocresía de pretender ser solidario sin gastarme un
duro y permitiendo que el gobierno de turno utilice ese dinero (que dejo de
pagar para contribuir al mantenimiento de mi país), para aparentar que cumple
sus compromisos con los países empobrecidos.
Si
queremos ser “solidarios” lo tenemos muy fácil: Saquemos dinero (poco o mucho) de
nuestro propio bolsillo y entreguémoslo directamente a cualquiera de las
organizaciones (confesionales o aconfesionales) que trabajan día a día y a pié
de calle.
Pero
no le quitemos al Estado parte del dinero que precisa para mantener la Sanidad,
la Enseñanza y todos los servicios que hacen más llevadera la existencia de
quienes menos tienen y más necesitan.
Saludos.
Para
una mejor comprensión “IRPF 2011 Ni a la iglesia católica, ni a
fines sociales” (Europa Laica, campaña renta
2011, 30-VI-2013)
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