Aunque
recientemente cancelé la suscripción del diario El País(Tanto para cumplir con
las instrucciones de austeridad de “la Troika”, como por no querer contribuir
con mi dinero al extravagante sueldo de D. Juan Luis Cebrián, ni a los
beneficios del Tea Party estadounidense), debo reconocer que sigue siendo un
gran periódico.
Afortunadamente
lo suelo leer en la cafetería donde diariamente desayuno y también en internet
(gran invento).
Ahí
es donde he localizado uno de los escasos comentarios que rompe el manto de
silencio sobre la política italiana.
Aunque
el texto es aparentemente informativo más que de opinión, no le falta una
pizca de intención para que, poco a poco, nos vayamos concienciando de las
siguientes “enseñanzas”:
1ª (Y principal) Con los resultados actuales “no
hay salida” y no se podrá gobernar el país. (Ergo hay que convocar nuevas
elecciones)
2ª "Pier Luigi Bersani es una estrella que “declina” frente a
“Matteo Renzi, joven alcalde de Florencia, estrella política en pleno
ascenso y posible futuro candidato del centroizquierda a primer ministro” (La
izquierda no tiene una dirección clara, ni está unida)
3ª Los “grillini” no son de fiar. Y su formación
se comporta como una jaula de “ídem” (Luego no vale la pena votarles y perderán
apoyos en las próximas elecciones).
4º “En el
Pueblo de la Libertad (PDL), la postura oficial de Silvio Berlusconi —rechazo a
nuevas elecciones, pacto de coalición con el PD— empieza a ser cuestionada por
sondeos que dan al centroderecha en claro avance y probable ganador” (Gentes de
orden: No malgastéis vuestro voto en aventuras no vaya a ser que vuelva
Berlusconi. Es decir: Apoyad a Mario Monti.).
Pese
a semejante panorama, yo sigo opinando que “E la nave va . . . “ y, aunque
finalmente se estrelle contra la escollera de la frivolidad de unos (algunos
grillinis que se creen químicamente “puros” y piensan que los italianos les van
a llevar en hombros hasta el “Palazzo Chigi”)
y la falta de grandeza moral de otros (Mario Monti que no moverá un solo
dedo si no es para una coalición que quede atada de pies y manos a las decisiones
de Europa”), el actual periodo de "indefinición"(si Bersani y el PD no nacen las cosas demasiado
mal) no habrá sido tiempo perdido.
Y
si finalmente, ante la imposibilidad de realizar reformas por la falta de apoyos
de unos y otros, se convocan unas nuevas elecciones, es muy probable que los
ciudadanos italianos recuerden quienes han sido los que han puesto palos en la
rueda de la gobernabilidad y obren en consecuencia.
Porque,
pese a lo endiablado e injusto del sistema electoral, si una cosa había quedado
clara en las anteriores elecciones, es que los italianos también están hasta la
coronilla de recortes, privatizaciones, rescates bancarios y órdenes de “la Troika”.
Y,
además, vendría a acreditarse que (pese al estruendo de las trompetas de Jericó del mundo
financiero, el BCE y la Sra. Mérkel) el mundo no se acaba, ni Italia ha
desaparecido del mapa.
Yo
así lo veo.
Saludos.
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