La
pantalla del ordenador me informa del fallecimiento de José Luis Sampedro Sáez.
Al
parecer, había fallecido el pasado domingo y, por expreso deseo suyo, no se ha
aireado la noticia hasta hoy, cuando ya ha pasado todo.
Tal
y como él deseaba (y como desearía para mí) me limito a celebrar la suerte que
tuve (tuvimos) de coexistir con una persona como él.
Y
a intentar hacer las cosas de la manera más parecida a como él las hizo hasta
anteayer.
El
azar ha querido que su fallecimiento coincidiera en el tiempo con el de otra notoria
personalidad llamada Margaret Thatcher.
La
diferencia es que, en tanto José Luis Sampedro fue un gran hombre y una gran
suerte para el género humano, la Sra. Thatcher fue un depredador y -a mi juicio-
una mala persona cuyo paso por la historia, con independencia de lo que otros
piensen, ha sido una gran desgracia.
Al
parecer D. José Luis Sampedro, según su compañera Olga Lucas: “. . . pidió que no
hubiera circo mediático”, “. . . deseaba que se llore lo menos posible y se siga
luchando lo máximo posible”.
Pues
eso haré: Me beberé un vaso de vino a su memoria y procuraré hacer las cosas lo
mejor que sepa y pueda.
En
cuanto a la otra señora: Procuraré olvidarla. (Salvo para cuidarme de la gente
de su calaña).
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario