Mientras
aguardamos ¿impacientes? las secuelas de las recientes elecciones italianas
(Por cierto, ¿hubo realmente elecciones?) y el resultado del “sorteo” de la
querella de IU al Sr. Bárcenas -servidor aclara que apuesta por el claro
perdedor- (el juez Gómez Bermúdez y, de paso, la Verdad del asunto), propongo
entretener nuestros ocios en ampliar, siquiera sea mínimamente, nuestro nivel
de conocimiento teórico.
Para hoy elijo un tema que en poco tiempo se convertirá,
inevitablemente, en un “lugar común” (“trending topic”, creo que se dice) de
una buena parte de las sesudas discusiones "de barra de café" con las que día a
día vamos arreglando el mundo.
Me refiero
al “decrecimiento”.
Concepto que,
desde hace ya muchos años, vienen invocando gentes de muy distintos pelajes y
con propósitos igualmente dispares.
Ayer sin ir
más lejos D. Santiago Niño Becerra nos invitaba a “resignarnos” a vivir peor
apelando a algo parecido. “De
acuerdo Sr. Becerra: ¡empecemos por arriba!”
Hoy pongo el
ojo en un artículo del profesor Vicenç Navarro en el que, sin pronunciarse
expresamente sobre la cuestión, invita a valorar una serie de consideraciones
que (aunque finalmente el veredicto sea la necesidad de “poner freno” al
desenfreno) hacen que el resultado no sea, a priori, ni totalmente blanco, ni
absolutamente negro.
Bienvenidos
sean los matices a esta cultura maniquea en la que habitualmente nos
desenvolvemos.
El texto es
más bien corto y bastante didáctico, aunque evidentemente este tipo de
entretenimiento es más bien para tipos ociosos que no tengan mejor cosa que
hacer.
Saludos.
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