12/1/13

Una información que convendría “aclarar”


Coincidiendo con la información del descarado comportamiento de D. Juan José Güemes en relación con la adjudicación de los análisis clínicos (pagados con dinero público) a unos laboratorios privados (para los que él trabaja), aparece ayer en “El Plural” otra, de muy distinto carácter, que habla de las razones de su repentina retirada de la vida política hace un par de años, para pasar directamente a la empresa privada.
Se trataría de un caso más de eso que, en los últimos años, se ha denominado el paso por la “puerta giratoria” que, con gran asiduidad, practican una buena parte (la más golfa, o la más inconsecuente) de los representantes políticos y “cargos de confianza” de los partidos políticos mayoritarios (y de alguno de los no tan mayoritarios).
Pero en este caso, la información, de ser cierta, añade un par de elementos que agravan lo que ya, por sí sólo, sería un caso de "mala conducta" moral y política.
Por un lado, dejando aparte el lado morboso de las condiciones de salud del expresidente de la Diputación de Castellón, que a estos efectos es un ciudadano más, se insinúa que D. Juan José Güemes (su yerno) pudo ejercer su influencia como Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid para lograr situar a su suegro (D. Carlos Fabra) en un puesto preferente de la lista candidatos a un transplante de hígado, que finalmente se realizó.
Y, por otro, se sugiere que un conocido médico de la sanidad madrileña (favorecido por algunas decisiones del Sr. Güemes) obró el milagro de situar D. Carlos Fabra en posición preferente de la lista de transplantes, pese a que los médicos de la sanidad valenciana (su tierra) no lo habían estimado oportuno.

Incluso llegados hasta este punto, aunque se trataría de un caso de nepotismo; Despreciable, denunciable y, tal vez, perseguible, seguiríamos moviéndonos dentro del lamentable lodazal del abuso de poder, que deriva del ejercicio de un cargo público para obtener un beneficio privado 
Sin embargo a mí, personalmente, lo que más me preocupa es

que dicho comportamiento, de resultar ciertos los hechos, afecta a una de las instituciones más respetadas, dentro y fuera de nuestras fronteras, que es la ONT (Organización Nacional de Transplantes) que hasta hoy está libre de toda sospecha de falta de independencia, connivencia con los intereses mercantiles, favoritismos y cualquier tipo de corruptela..

O bien a la ONT le han colado un gol, y en ese caso debiera revisar sus protocolos de actuación, o bien “alguien” desde “dentro” ha permitido que se lo cuelen. Porque, aparentemente, los facultativos de la Comunidad Valenciana no encontraron razones para incluir al Sr. Fabra en la lista de candidatos a dicho transplante.
Quienes defendemos la Sanidad Pública, no debemos transigir con este tipo de actuaciones y, si resultan ciertas, debemos denunciarlas para poner en la picota de la vergüenza pública a sus autores y exigir responsabilidades; Si es posible penales y, si no, por parte de la Comisión de Deontología del Ilustre Colegio Oficial de Médicos.
Porque sería vergonzoso dejar pasar un episodio como éste que afecta tanto al buen nombre de una institución tan respetada  y querida como es la ONT, como al derecho de igualdad que todos los ciudadanos debemos tener en un asunto tan dramático y delicado como lo es el de los transplantes.
Supongo que más de una persona (o su familia) se replantearía realizar una donación de órganos si pensara que servirían para atender preferentemente a los más poderosos, influyentes, listos o adinerados, antes que a los más necesitados.
Por esta razón, y dado que en la información se menciona el nombre de un cirujano concreto (Dr. D. Enrique Moreno González) y, maliciosa o acertadamente, se sugiere un mutuo intercambio de favores entre éste y el Sr. Güemes, sería bienvenida una aclaración por parte de los susodichos para descartar cualquier sospecha sobre este episodio.
No conozco al doctor Moreno más allá de lo mucho que han publicado los medios de comunicación sobre su dilatada experiencia y sus clientes de renombre, pero me preocupa ver el nombre de un médico que, a lo que parece,  aún ejerce en la Sanidad Pública, ligado a un episodio que, como mínimo, cabría calificar como “poco edificante”.
Por esa razón, tanto la ONT como el Dr. Moreno y también el Sr. Güemes, harían bien en disipar cualquier duda al respecto; No vaya a resultar que, bajo la apariencia de una denuncia a un determinado personaje (El Sr. Güemes), alguien pudiera estar, interesadamente, apuntando a otros objetivos más “ambiciosos”
Saludos.

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