Comoquiera
que, en mi opinión (y en la de otras personas más cualificadas para opinar), la
burbuja de la Deuda Pública terminará por pinchar en algún momento.
Y
comoquiera que, cuando ese momento llegue, es conveniente que los ciudadanos
tengamos clara conciencia de que, por mucho que nos quieran convencer, no somos
los responsables de haberla inflado.
Y
como quiera que la única solución para algo que es imposible (pagar la Deuda)
es no hacerlo.
Por
todas esas razones, digo, traigo a colación un nuevo artículo del
Economista-Diputado-Perroflauta D. Alberto Garzón Espinosa en el que, dentro de
una de sus habituales “lecciones de Economía al alcance de los más lerdos” (entre
los que me incluyo), aborda las razones por las que según reza el título del
artículo:
Mi
voluntad es que, llegado el momento y con independencia de que cada cual saque sus propias conclusiones, no nos intimiden, ni
nos coaccionen apelando a nuestra mala conciencia, con el cuento de “las deudas
hay que pagarlas” (por supuesto, cada cual las suyas, no las ajenas), ni con la
amenaza de que, si se hunden determinados bancos (o el sistema bancario entero),
se acaba el mundo.
Ambas afirmaciones son falsas (que la deuda sea nuestra, y que se vaya a acabar el mundo) y la primera condición para poder oponerse a
ellas es estar plenamente convencido de lo contrario.
Por
eso es tan importante estar bien informado.
Saludos.
1 comentario:
Las deudas (propias) hay que pagarlas.
Ok.
Las promesas hay que cumplirlas
¿o eso no?
Alberto Garzón es un crack
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