Por
si no fuera suficientemente lamentable
la irresponsabilidad de algunos de nuestros políticos que andan agitando los
bajos instintos del personal con el pretexto del nacionalismo catalán, algunos
otros pirómanos se apuntan a avivar ese fuego (fatuo) con iniciativas y
actitudes que pueden calificarse de cualquier cosa menos de inteligentes y
respetuosas.
Traigo
a colación solamente dos, pescadas al vuelo en la prensa de hoy:
Ignoro
quien es el "lumbreras" gallego que alardea de haber decidido sacarse un ojo propio
para ver si otros se quedan ciegos.
Porque
doy por sentado que si, hasta hoy, compraba los uniformes a una empresa
catalana, no lo hacía por solidaridad interregional; sino, supongo, porque se
trataba de un buen producto que satisfacía sus necesidades.
Suponiendo
que dicho sujeto fuera “hostelero”, quizá, con un poco de suerte (y su propia
publicidad), pueda conseguir que otros lumbreras catalanes, enterados de su
desaire, decidan no pisar su establecimiento pese a que probablemente sea un
negocio “decente” donde se trata bien a los clientes.
O incluso, quizá, una vez hecho público el agravio, los más nacionalistas decidan castigar al culpable boicoteando a Galicia entera y absteniendose de adquirir productos gallegos y viajar a esta comunidad de hermosos paisajes, buena comida y gentes hospitalarias.
O incluso, quizá, una vez hecho público el agravio, los más nacionalistas decidan castigar al culpable boicoteando a Galicia entera y absteniendose de adquirir productos gallegos y viajar a esta comunidad de hermosos paisajes, buena comida y gentes hospitalarias.
Mirándolo
en su conjunto, algo así como aquello de "el que asó la manteca”
Otro
ejemplo lo saco del inteligente ( y no lo digo con segundas) comentario de un señor
que suplica que “No le digáis a mi madre que soy
federalista” (Siscu Baiges, eldiario.es,
31-X-2012)
Breve,
lúcido y divertido texto en el que pone de relieve la estrechez de miras de
muchos que se llenan la boca con las palabras respeto, solidaridad y libertad
de elección, mientras se comportan como vulgares paletos.
Afortunadamente,
como decía esta mañana Elvira Lindo en la “última” del El País empezamos a ser
mayoría (por primera vez) los ciudadanos que hemos decidido no hacer el juego a
los provocadores de uno y otro signo que nos azuzan a la descalificación, la
revancha, el menosprecio, o directamente la amenaza contra quien no sostenga su
postura.
Afortunadamente
empieza a importarnos un carajo, no la Independencia de Cataluña, que, aunque
improbable, es un derecho legítimo que asiste a sus ciudadanos, sino la
utilización de dicho debate para tapar las vergüenzas de sus promotores de uno
y otro “bando”
Yo
me permito afirmar que esos comportamientos son estúpidos y estériles, o quizá
algo peor. Y sólo sirven al interés de los ladrones que, mientras tanto, nos
están robando el presente, el futuro y la dignidad.
Y
confieso, junto con el señor Siscu Baiges, que también me tengo por “federalista”
aún sin saber del todo lo que eso significa, pero entendiendo que se trata de “un instrumento para resolver el encaje entre
comunidades y de repartir de forma correcta y solidaria sus ingresos e
inversiones”, libremente
aceptado (añado).
Y
me posiciono junto a esos ciudadanos que, como dice Elvira Lindo, andamos más
preocupados por el saqueo de nuestros derechos civiles (los de los catalanes,
los murcianos, los trabajadores, los parados, los nacidos en Chamberí y los que
llegaron en patera), que por atender los señuelos que una serie de robaperas y
animales de bellota políticos nos lanzan para que no miremos como, entretanto,
nos roban la cartera, de los derechos, de las ilusiones, de nuestro presente y
del futuro, nuestro y de nuestros descendientes.
Intentaré
no entrar a ese trapo.
Saludos.
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