. . . oveja muerta. Efectivamente.
Y por eso, como tengo conciencia de ser tratado como un borrego, ando más
preocupado que pavo en navidad asistiendo al trasiego de personajes (Van
Rompuy, François Hollande) que desde hace algunos días aparcan el coche oficial
a la puerta del palacio de la Moncloa junto a los que vendrán en los próximos
días (Angela Merkel, Mario Monti y Sauli Niinisto).
Vienen, supongo, para animar y ayudar a nuestro presidente D. Mariano
Rajoy Brey a “rematar la faena” apuntillando (sin miedo al qué dirán) los
restos de lo que ayer era un país de medio pelo (pero aceptablemente
presentable) y hoy es simplemente un “estado
pordiosero”.
Todo porque aceptó el chantaje de pagar “la ronda” de excesos que
permitió a una serie de ladrones y buscavidas enriquecerse a costa de nuestro
futuro.
Al final de la película estos ladrones y buscavidas conservarán lo que
supuestamente compraron ( a veces sin dinero) y usted y yo nos haremos cargo de
pagar la factura.
A costa de nuestro presente, nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos
y el de los hijos de nuestros hijos.
Y menos mal que teníamos el sistema bancario más solvente del mundo.
Y que los precios de las viviendas nunca podrían “bajar”.
Entremedias, el catacaldos del Rey, en su intento de adecentar su poco
presentable imagen, se reúne hace unos días con los presidentes de las grandes
empresas en un intento de “sacar pecho” frente al exterior, pese a que algunos
de los asistentes se encuentren en estos momentos en una situación de
insolvencia que sólo se aplaza gracias al sostén de un sistema bancario que
sólo se sostiene gracias al dinero público (del BCE).
Todos ellos, o porque prestaron a quien no debían, o porque les prestaron
para comprar lo que no debían, o porque sin haber prestado (ni pedido prestado)
dependen de unas “ventas” preocupantemente menguantes, están obligados a
representar la misma escena de aparentar que aquí no pasa nada, mientras esperan
a ver si el Estado les saca las castañas del fuego.
Aunque sea a costa de quitarles el suero a los enfermos.
Todo un elocuente ejemplo de “libre mercado” y “libre empresa”
Sin embargo, al igual que el ciego, que “soñaba que veía”, empiezo a
apreciar la aparición de leves fisuras en la “fabrica” (construcción) del
sistema y confío en que tengan un carácter progresivo y ruinógeno.
Causalidad o no, en la foto anterior, echo en falta la presencia de
personajes como D, Emilio Botín, D. Isidro Fainé o D. Isaac Andik (por sólo
poner tres nombres) representantes de grandes conglomerados y poco sospechosos
de veleidades socialdemócratas.
Ocurre que, con tanto barullo, la economía europea empieza a asemejarse a
la conocida escena del camarote en la película de los hermanos Marx y son
tantos los “operarios” que intentan adecentar y arreglar el tinglado que se
empiezan a pisar unos a otros.
De momento, y contra todo pronóstico, le están pidiendo al Sr. Rajoy que “espere
un poco” antes de solicitar el rescate.
Parece ser que el Tribunal Constitucional alemán opina que su país no
tiene por qué someterse a decisiones tomadas por instancias ajenas a sus
propios mecanismos de decisión.
Y, mejor aún, consideran inadmisible que el país se comprometa a poner un
límite determinado a su déficit o su deuda pública.
Precisamente lo que Alemania exigió a los demás; y el calzonazos del Sr.
Zapatero, con los votos del Sr. Rajoy, aceptó sin rechistar hace un par de años.
Hoy el Sr. Artur Más, que en aquella ocasión se puso de perfil, parece
que anda un tanto escocido con los resultados.
Quizá tengamos que felicitarnos por la tendencia al escaqueo que nuestro
Presidente; ya que, cada día que pasa, al sistema, como decía que decía su
padre un amigo mío, “cuanto más se agacha, más se le ve el culo”.
Y a estas alturas hasta los más necios están empezando a sacar
conclusiones.
Y a pensar que quizá el problema no seamos nosotros, ni nuestro “insostenible”
modo vida, sino más bien el de otros.
Laus deo semper.
Saludos.
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