7/9/12

“Lecturas graduadas”


 Hola:

Los que  ya tenemos una cierta edad, si aún conservamos medianamente la memoria, recordamos unos libros que nos acompañaron a lo largo de toda la “enseñanza elemental” (algo así como la ESO, o lo que haya ahora) que en el fondo eran poco más o menos como una mezcla de cultura general y Educación para la Ciudadanía.

Tenían, y en general obtenían, el loable propósito de estimular el hábito y la destreza en la lectura, aportar unas pinceladas de conocimientos, dispersos y no específicos, y distraer al personal. “Deleita a la vez que instruye” que dice un muy buen amigo mío.
Bueno pues, aparte de para llamar la atención, he tomado ese título prestado porque se ajusta bastante al propósito de esta misiva.
En vísperas del fin de semana no quiero extenderme en mis farragosas explicaciones, pero por otro lado, para el incauto que tenga a bien fiarse de mis manías, dejo a mano media docena (corridita) de textos que han llamado mi atención y que, al igual que las Lecturas Graduadas de mi niñez, aunque no nos harán sabios, quizá nos distraigan y nos aporten algún elemento de juicio, de interés.

Ahí quedan:

Ejemplo palmario, escenificado por nuestra zarzuelera Presidenta Regional, de cómo, cuanto más ignorante es uno, con más aplomo se pronuncia.

¡Aleluya, Aleluyah!, al final va resultar que sí, que se puede y que no se hunde el mundo por ello. Cosas veredes, hermano Sancho.

No es que apetezca, aunque según van rodando las cosas es una propuesta a tener en cuenta. Pero no para hacer alarde, sino para, si no hay más remedio y nos encarecen “la cuota”, empuñar el picaporte y salir del Club.

Nuevas reflexiones y puntos de vista sobre un tema en el que, tras las sistemáticas collejas recibidas, prefiero no insistir.

Correspondería a  la serie “Desconectando las máquinas de niebla. Pero no hay que abusar.

Prueba palpable e incontestable de la eficacia de “lo privado” frente a lo “público”.
Tras haberse forrado algunos, comprando terrenos (baratos), expropiando (a precios no tan baratos), construyendo (a precio de oro) y financiando (una fantasía); ahora, los irresponsables contribuyentes que vivimos por encima de nuestras posibilidades,  nos haremos cargo del desaguisado. 
Porque “los bancos no pueden quebrar” y “las empresas no están para perder dinero”. Liberalismo en estado puro, vamos.

Aunque el “denunciante” es persona para echar de comer aparte, ni le falta olfato, ni le falta razón. 

No es prudencia, ni generosidad  lo que les guía, sino mero temblor de piernas. Veremos cómo acaba esto.

Saludos. 

Y los ilusos y diletantes como un servidor, que vayan anotando la fecha del sábado 15 de Septiembre, para echar un rato por la mañana haciendo el canelo junto a los Sindicatos, los Partidos y demás lumpen social.

Buen fin de semana.

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