Y
no lo digo por el disparate de ayer, de apalear gente con el pretexto de que un
señor con una bandera del SAT (los del sindicato de Sánchez Gordillo) había intentado
mover una barrera de “protección”.
No.
Me
estoy refiriendo a que, a nuestro gobierno, a los gobiernos europeos, a la Sra.
Mérkel, al BCE, al FMI, a la Comisión Europea, a la Troika y a todas sus santas
madres, se les están abriendo numerosas y potencialmente letales vías de agua.
Y
lo grave (para ellos) es que prácticamente todas se sitúan por debajo de la línea
de flotación del “sistema” que defienden y del que viven y medran a costa del
sudor, las lágrimas y la sangre de los ciudadanos de a pie, entre los que me incluyo.
Y
lo aún más grave (también para ellos) es que las bombas de achique que están
utilizando para intentar impedir el hundimiento no resuelven los problemas,
sino tan solo los aplazan un poco más allá en el tiempo, donde se los volverán
a encontrar aumentados y encabronados.
A
estas alturas, y vista la miopía (o desvergüenza) de la parte de nuestras clases
políticas que tienen el mango de la sartén (Otros políticos son más sensatos o
más decentes, pero no tienen el poder necesario para “decidir”), lo más
previsible es que este "sainete" termine en “drama”. Eso si no acaba en “tragedia”.
Por
este motivo, aparte de irnos preparando (moral y materialmente y en la medida en
que cada uno pueda) para el “impacto”, pienso que tenemos que dejar constancia
expresa de nuestros desacuerdos en todos los foros e instancias legales y administrativas que
seamos capaces.
Y
ello con el fin de, en su momento, poder exigir las responsabilidades que a
cada cual le toquen y revertir legalmente y sin indemnizaciones, todos los contratos,
concesiones administrativas, ayudas, prebendas y demás actuaciones (aparentemente lícitas)
mediante los que están saqueando el patrimonio público y nuestros derechos
elementales.
Al
menos yo así lo veo yo.
Saludos.
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