Por
respeto a la víctimas.
Y
porque se dice (y probablemente sea cierto) “que quienes ignoran su historia están
condenados a repetirla”, no quiero dejar pasar esta fecha ominosa del 11
de septiembre sin recordar la canallada
política y el río de sangre que supuso para Chile y toda América Latina el golpe
de estado fraguado por el gobierno de los EEUU, la CIA y varias multinacionales
norteamericanas, con la colaboración de una banda de militares asesinos y
robaperas que hundieron a su país y todo el subcontinente en 30 años de violaciones
de derechos humanos, miseria moral y material, injusticia, corrupción y
retroceso social.
Esto
ocurrió, como los más talluditos sabemos, el 11 de septiembre de 1973 y a título
de recordatorio, y como pista para los más jóvenes que quieran saber del asunto,
dejo este enlace ”11 de septiembre de
1973” (Imágenes del golpe de estado en Chile, Televisión Nacional de
Chile).
También
quiero recordar otro ominoso 11 de Septiembre, en este caso el del año 2001.
Ese
11 de septiembre, un grupo de asesinos fanatizados con pretextos político-religiosos
destruyeron cerca de 3.000 vidas humanas llevándose por delante, también los dos
hermosos edificios llamados “torres gemelas de Nueva York y parte del edificio
del pentágono en Washington. ”ATENTADO DEL 11 DE
SEPTIEMBRE CONTRA TORRES GEMELAS Y PENTAGONO” (Imágenes, con música de Celine Dion)
Esta,
también fue una infamia, y las personas de buena voluntad la condenamos igualmente.
Pero, al menos yo,
en ningún caso, puedo ponerlas al mismo nivel.
La
primera fue un acto fríamente premeditado y cruelmente ejecutado contra los
ciudadanos y el país por quienes afirmaban defender la Libertad y representar a
los ciudadanos cuando lo único que defendían era al poder económico y la influencia
geopolítica.
Que,
además, desarrollaron dicha barbarie a base de asesinatos, desapariciones y
torturas y, amenazas durante casi 20 años dejando tras de sí un número de
muertos cercano a las 10.000 personas, según las fuentes más fiables (las “interesadas”
y las de “fantasía” se mueven entre los “menos de 2.500 y más de 80.000”).
Por
eso dicha barbarie no puede ser nunca comparable a la barbarie perpetrada por
un grupúsculo de fanáticos auspiciado por un sujeto que en su día fue entrenado,
financiado, armado y jaleado por el propio país contra el que finalmente se
revolvió.
Las
víctimas de una y otra infamia me merecen el mismo respeto.
La
gravedad de los hechos no es en absoluto comparable.
Saludos.
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