Buenos
días:
Tengo
una cierta tendencia a regodearme en privado con los artículos que tratan con
crueldad o desprecio a una serie de impresentables personajes de todo pelaje y
condición.
Sin
embargo suelo abstenerme de reenviarlos a otra gente, no tanto porque los
susodichos me merezcan mayor consideración, cuanto porque estimo que es mejor
no descender al terreno de las burlas con el fin de no banalizar las opiniones
críticas sobre la actuación de esas mismas personas, o sobre sus propias
personas.
Digamos
que soy más de la escuela de D. Luis García Montero que de la de Graciano Palomo.
Borja
María Zallana de los Acebos es cosa aparte y cuando está inspirado es un
antidepresivo muy eficaz.
Ocurre
que en los últimos tiempos muchos escritores y periodistas serios, enormemente
educados y prudentes, han empezado a “tirar con bala” sobre determinados "sujetos".
Y,
si alguien lo duda, no tiene más que leerse la sección “los amores imposibles”
de Juan José Millas en el diario el País.
Valga
como ejemplo el del pasado día 27 titulado “Fingir
el orgasmo por patriotismo” en el que, a la limpieza, ironía y precisión
habituales, añade una nueva veta de escatología y crueldad (merecidas) con los
personajes.
Cuento
esto porque, aunque sigo siendo un manso y opinando que mejor no entrar en el
terreno de las chanzas, no me resisto a recomendar este artículo de David Trueba
ensalzando la miseria moral de ese verdadero “Señor de la Tinieblas” que es D.
Mario Draghi.
Sin
duda alguna se lo merece.
Saludos.
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