Buenos
días:
Desde
hace tiempo vengo insistiendo en la idea (que no es exclusivamente mía en
absoluto) de que hay que ir abriendo las puertas a la petición de
responsabilidades penales por decisiones que, disfrazadas de decisiones “políticas”,
son lisa y llanamente un atentado, consciente, deliberado e innecesario, contra los derechos básicos de los ciudadanos
cuando no una transferencia manifiesta de dinero y medios de producción, o
gestión, públicos a bolsillos, administradores o intereses privados.
Viene
esto a cuento de la iniciativa que ha tomado el ex_diputado Antonio Romero (que
en su día realizó una de las intervenciones más poéticas y solidarias que se
han podido oír en el hemiciclo), de advertir a nuestro Presidente de gobierno
que piensa presentar “una denuncia a través del Fiscal General del Estado al
Tribunal Penal Internacional, para que se considere crimen contra la Humanidad
por las miles de víctimas que produce esta política contra la crisis”.
Según
afirma “La denuncia será dirigida a usted, a sus ministros económicos y a las
autoridades de la UE".
A
alguno quizá le pueda causar hilaridad; pero a un servidor, tras haberlo
meditado largo tiempo, le parece una propuesta no solo razonable, sino, además,
necesaria.
Y
por tanto, la suscribo y la difundo entre todas las personas de mi entorno.
Adjunto
los dos enlaces que amplían esta información.
El
primero es el de la noticia de la huelga de hambre simbólica que ha iniciado el
Sr. Romero
Y
el segundo es la carta abierta que se menciona
“Antonio
Romero: Carta abierta a Rajoy y a la UE sobre los paraísos fiscales” (La
República, 6-VIII-2012)
En
cuanto a la carta, que supongo que será auténtica (espero no estar haciendo lo
mismo que critico a otros) tengo que decir que, aparte de muy larga y de tono
admonitorio, es un tanto caótica en su argumentación, aunque las propuestas que
hace al final son muy atinadas (y viables, si hubiera voluntad)
En
todo caso el conjunto va (en mi opinión) en la buena dirección y lo suscribo
tal cual.
Ojalá
la iniciativa llegue a buen puerto y lleguemos a ver a los traficantes de derechos,
ilusiones y hambre sentados ante la Justicia.
O,
al menos, que vayan cogiendo un “santo temor”, tal y como les ocurrió a algunos
dictadores y genocidas varios tras la decisión del Juez Baltasar Garzón de
procesar a Augusto Pinochet.
Todos
ellos están muy bien “prisioneros” en sus propios países sin atreverse a pisar
Europa ni para comprar ropa.
Saludos.
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