Esta
tarde-noche, los españoles, los que padecemos el prurito de creer que “pensamos”,
tendremos ocasión, una vez examinadas las vísceras de los resultados
electorales de Andalucía y Asturias, de aventurar cuan larga y fatigosa será la
travesía del desierto del pueblo llano por los páramos del libre mercado (de
esclavos).
Si la DERECHA consolida sus posiciones será síntoma
irrefutable de que aún nos falta “un hervor”. Y no nos quepa la menor duda de
que nos lo darán.
Si la cosa queda en tablas y la DERECHA (la de
verdad, la de toda la vida) tiene que pedir árnica a la derecha (disfrazada y
oportunista), nos encontraremos en medio de eso que los marinos llaman una “encalmada”
que no es otra cosa que un breve lapso de aparente calma previo a la llegada de
vientos “contrarios”. Y las primeras ráfagas las notaremos el día 29 de marzo.
Pero si, contra todo pronóstico, las izquierdas,
adocenadas y adormecidas unas y levantiscas y algo autistas las otras,
consiguen ponerse de acuerdo para, por un lado, frenar lo que no quieren y, por
otro, exigir lo mínimo de lo que ambas quieren, entonces, los ilusos y
sentimentales como yo estaremos de enhorabuena.
Y pensaremos que, para toda Europa, ha sonado la hora de la Razón sobre
el Poder.
A estas horas el rumbo de la nave ya no depende
de la habilidad del piloto, sino sólo de la voluntad de los remeros de babor.
Mientras esperamos les dejo a ustedes con el
divertimento semanal del filósofo social D. Borja María Zallana de los Acebos que,
al parecer, visitó recientemente el Mercadona de la calle Serrano de Madrid.
Saludos.
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