Hace ya mucho tiempo vengo despotricando en contra de los Planes de
Pensiones Privados.
Lo hago por dos poderosas razones.
La primera, aunque no la principal, es que, según mis cortas entendederas
(y también según algunos estudios bastante solventes), en general, son un timo
Su “rentabilidad”, en la mayoría de los casos, viene en gran parte del dinero
que el contribuyente deja de pagar en el IRPF.
Además, haciendo cuentas a largo plazo, la gran mayoría de dichos fondos apenas
han sido capaces de mantener el poder adquisitivo una vez deducida la pérdida de
“poder de compra” derivada de la inflación.
Eso sí, entre tanto el banco, o la gestora, han cobrado religiosa y
reiteradamente (una vez al año) su “comisión de gestión”, incluso cuando, como
en los últimos ejercicios, se han producido pérdidas.
La segunda razón, que a mí personalmente me parece aún más poderosa, es
que toda esa ingente cantidad de dinero (nuestro, de millones de ciudadanos en
el mundo) que ponemos en manos ajenas para que nos lo “administren”, está en el
origen de toda la perversión y el disparate en el que se ha convertido el mundo
financiero.
Y los “fondos de inversión” están (con nuestros dineros) extorsionando a
los Estados y obligándoles a desmontar la sólida red de Derechos Sociales ganada
a lo largo de décadas de luchas, aportaciones y esfuerzos de los ciudadanos
(evidentemente, sólo en los países en que, aún, comemos caliente, tres veces al
día).
Me despacho con este exordio tras leer un “suelto” de un señor llamado D.
Gregorio López Sanz referido a "El timo de los fondos de pensiones privados: el caso de la universidad de Castilla-La Mancha y el Banco de Santander"
Fiel a mi costumbre de empecinarme y aburrir a quien se me pone a tiro,
lo pongo a vuestra disposición, para general conocimiento y, en su caso, “a los
efectos oportunos”
Saludos.
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