Debe ser tanta la seguridad que “los mercados”
tienen en su poderío y la imposibilidad de que la ciudadanía y los gobiernos
les lleven la contraria, que ni siquiera se recatan de repartirse los despojos
de sus futuras víctimas cuando éstas están aún “con vida”
Y si no, pasen y vean, lo que con todo
desparpajo cuentan “los mercados” en un medio tan afín a sus postulados como es
“el economista.com”
Y, esto, después del rechazo de los islandeses a
costear las “alegrías” de uno de sus bancos, hoy “quebrado”.
No deben tener ningún miedo a que cunda el
ejemplo y los portugueses digan NO.
Es más, poniéndonos en lo peor, quizá se trate
de ir amedrentando al rehén hasta conseguir que cuando “le arranquen las uñas”
piense que, en el fondo, podría haber sido peor y les dé las gracias a sus
verdugos.
Vuelvo a insistir en que quizá resulta demasiado
fácil dar consejos cuando los “platos rotos”, si los hay, los pagan otros.
Pero tal vez va llegando el momento de
plantearse, a nivel europeo, ya que Europa se ha convertido en nuestra “madrastra”,
una campaña de “desobediencia civil” y cuestionamiento sistemático de las decisiones que toman nuestros propios
gobernantes sin consultarnos en temas que no estaban en sus programas
electorales y, además, trascienden con mucho el periodo correspondiente al
mandato que les dimos en las urnas.
Me hubiera gustado ser “islandés” y haber podido
votar "NO" a la “reforma” (recorte) de las pensiones, aunque finalmente hubiera
tenido que conformarme porque hubiera triunfado el SÍ, cosa que dudo.
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