Parece claro, los islandeses (es decir Islandia)
han vuelto a decir NO al pago de las deudas del banco Icesave (filial del
Landsbanki) a los “ahorradores” británicos y holandeses.
Pues yo, con todas la cautelas del mundo, me
alegro.
Lo de las cautelas viene a cuento de que
efectivamente resulta muy atractivo y fácil animar a los islandeses a “dar una
patada al sistema” cuando los riesgos los corren ellos y no tú mismo. Pero en
todo caso así es como yo lo veo.
En primer lugar, desde los ya lejanos tiempos de
la invasión de Irak (que, digan lo que digan, fue una invasión) aprendí a
traducir el lenguaje en el que “los medios de comunicación” nos “informan”
(supongo que lo hacen “por nuestro bien”, para que durmamos más tranquilos), a raíz
de mi espanto por el brutal trato propinado por los iraquíes el día 1 de abril
de 2004 en la ciudad de Faluya a cuatro “contratistas” estadounidenses a los
que, no contentos con haberlos matado, mutilaron, quemaron y arrastraron por
las calles después de muertos y, finalmente, colgaron dos de sus cadáveres de
la estructura de un puente sobre el río Eúfrates.
‘Un alto
funcionario del Departamento de Estado norteamericano confirmó que los cuatro
muertos eran estadounidenses y que trabajaban como contratistas en Irak.’
Obviamente, me “espanté”,
cualquier persona en sus cabales y con un mínimo de sensibilidad lo haría.
Días después supe que
el alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano había olvidado el
“pequeño detalle” de informar que los apacibles “contratistas” no eran otra
cosa que mercenarios al servicio de alguna de las empresas “privadas” que EEUU
contrató con dinero público para ayudar a la invasión y, supongo, hacer el
trabajo sucio que no convenía al ejército.
En ningún caso se me
ocurre justificar ni dejar de condenar semejante indignidad, pero “lo que nos
contaron” era distinto de “lo que pasó”
Ahora, con los “ahorradores”
británicos y holandeses, se me ocurre que vuelve a pasar lo mismo.
Mucho me temo que los
bondadosos y confiados “ahorradores” británicos y holandeses no son otra cosa
que fondos de inversión especulativos que sacaban buena tajada de los altos
intereses que les ofrecían y, de paso, engordaban sus obscenos “sueldos”
justificados por el “talento” que tan buenos “resultados” obtenía de la
libertad de mercado que generaba riqueza y se “autorregulaba” solo; ya que
sería el propio “mercado” quien castigaría, con las pérdidas, a quien corriera
con riesgos excesivos.
Pues parece que los
riesgos fueron “excesivos” y que, curiosamente, los responsables del “tinglado”
pretenden que los paguen los ciudadanos.
Es decir: Las ganancias,
los sueldazos, los intereses, los dividendos, las plusvalías, los “bonus” y las
comisiones, son para “el mercado” y sus sumos sacerdotes; y las pérdidas las
deberemos pagar los ciudadanos de a pié que ni cobramos, sueldazos, ni nos
pagan intereses, ni comemos, ni bebemos, ni hemos participado en semejante francachela.
Bueno, pues lo dicho:
Me alegro, y espero que los islandeses sigan diciendo NO aunque les amenacen
con las “penas del infierno”.
Probablemente
perderán la “ayuda” del FMI y no les dejaremos entrar en la UE.
Lo que pasa es que,
visto lo visto, quizá esos “castigos” puedan resultar una “bendición” para los
propios islandeses, como más o menos le pasó a Argentina cuando Nestor Kirchner, se negó a pagar la deuda argentina y el FMI dejó de facilitarle nuevos
créditos (que finalmente terminaban en bancos suizos en las cuentas
particulares de algunos conocidos capitostes locales).
Es más, aparte de
desearles suerte a los islandeses (de momento a lo que se han negado, por
segunda vez, es a un acuerdo que era bastante mejor que el primero que les
proponían hace un año), deseo que los portugueses tomen nota y hagan lo mismo.
A Portugal (es decir
a los portugueses) le están chantajeando en estos momentos para que garantice
las ganancias de los bancos españoles, franceses, alemanes y de otros países
aunque sea a costa de vender hasta la camisa y condenarse a sí mismos a vivir
peor en los próximos 30 años.
Me gustaría saber qué
pasa si también dicen NO.
Portugal es “pequeñito”
igual que Grecia, pero no tanto como Islandia y, además, ya está en la UE y en
el Euro.
Veremos si Doña
Mérkel, que gobierna Europa mirando únicamente el interior de su “refajo”, no
se lo piensa dos veces antes de liquidar uno de los “borreguitos” de los que
diariamente saca parte de la leche que bebe y la lana que le abriga.
Yo por mi parte,
cuando nos toque (y nos tocará, si alguien no pone previamente “pie en pared”)
prefiero el “desprestigio” de que el Santander o el BBVA incumplan sus
compromisos “externos” a hipotecar el futuro de mis paisanos y el mío propio
para que D. Emilio Botín, D. Francisco González y D. José Luis Rodríguez
Zapatero, unos pocos, en suma, “queden bien”
He dicho.
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