26/4/11

Inmejorable pretexto para conocer “El Ateneo”


Nos Quieren robar el agua ¿y, también, la lluvia?

En primer lugar recomiendo ver la película de Icíar Bollaín  “Y, también la lluvia” tanto por ser excelente como trabajo cinematográfico (guión, fotografía, actores, y demás zarandajas que hacen de una película una “narración” que vale la pena “escuchar”) como por ser, además una reflexión, dura, pero realista y objetiva (es decir, no tendenciosa), sobre los métodos de rapiña que el mercado utiliza, con la connivencia de quienes debieran ser sus supervisores, para apropiarse de todo servicio del que no podamos prescindir para, a continuación, cobrarnos como si fuera un “servicio libremente contratado” lo que hasta el día anterior era un derecho que se garantizaba mediante la prestación de un “Servicio público”.

Dicho eso y volviendo al “titular”, se me antoja que se trata de un estupendo pretexto para darse un garbeo y visitar ese, minúsculo, en cuanto a tamaño, pero magnífico en cuanto a contenido y ejemplar en cuanto a trayectoria, reducto de la historia de Madrid, enclavado en el mismo centro de la ciudad a escasos metros de la plaza de Neptuno y del Congreso de los Diputados.
Me refiero al edificio del “Ateneo” (Ateneo Científico, Literario y Artístico) institución fundada en 1835 en cuyas salas y biblioteca aún es posible respirar “el aire” de otros tiempos y otro modo de ejercer la ciudadanía, que hoy, nuestra pereza mental y nuestra estulticia, pueden terminar haciendo desaparecer.

El motivo no es baladí. Pienso que casi todos estamos al tanto de la “amenaza” que ese depredador de todo lo público que es nuestra Presidenta Regional Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma (condesa consorte de Murillo y Grande de España), realizó hará cosa de dos o tres años en relación con la “privatización” de El Canal de Isabel II, propiedad hasta hoy de la Comunidad Autónoma de Madrid, para “que fuera de todos los madrileños” (me pregunto ¿de quien coño es?, entonces, la Comunidad Autónoma de Madrid).

Hace veinte o treinta años, el “pretexto” de las privatizaciones era la ineficacia y las pérdidas económicas de las empresas públicas que, una vez en manos privadas se tornaban, milagrosamente, en eficaces y rentables (ciertamente así era en lo tocante al beneficio de sus adquirentes); eran “eficaces” para colocar a su frente (o su pesebre) a los compañeros de partido (más tarde “de pupitre”) y “rentables” a la hora de repartirse entre unos pocos los beneficios que antes recibía el Estado en forma de dividendos (Endesa, Telefónica, Repsol, Gas Natural, Red Eléctrica, Enagas, Aldeasa, Indra, Inespal, EADS, Iberia, . . . . . . . . .) eso por referirme únicamente a “las grandes” de propiedad estatal.

Pero “eso” era antes. Hoy ya ni siquiera hacen falta pretextos.

El Canal de Isabel II, fundado en 1851 a instancias del entonces ministro de Fomento D. Juan Bravo Murillo, además de prestar un servicio que casi todos estimamos como muy satisfactorio (ayuda mucho la inmejorable calidad del agua de la “España silícea” donde estamos), que además es “barato” (excesivamente barato para mi gusto), además de todo ello gana dinero “a espuertas”.

Bueno, pues esa especie de “mina (hidráulica) del rey Salomón” es la que nuestra ínclita Presidenta Regional quiere privatizar "para que sea de todos”.

Confío en que, por lo excesivo del disparate, por las implicaciones legales del asunto y, espero, por la oposición de muchas de las partes implicadas (Ministerio de Fomento, Confederación Hidrográfica del Tajo, ayuntamientos de la región, asociaciones de vecinos, usuarios, etc.) dicho “desfalco” no llegue a materializarse.  

Y que, si se materializa, pueda revertirse en los tribunales, aunque en ese caso ocurrirá lo que con el hotel “EL Algarrobico”, que los golfos que lo promovieron sacarán una buena tajada (de dienro público) en concepto de “indemnización” por no permitirles rematar la “fechoría” .

Confío en ello, pero, a la vez, me embarga un santo temor recordando que el Sr. Alcalde de Madrid D. Alberto Ruiz Gallardón, que en su momento era un acérrimo opositor a tal propuesta, se ha pasado al bando contrario tan pronto le han prometido sus “treinta monedas de plata” (10% de la nueva empresa) o que, el hoy furibundo opositor a dicha privatización y candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, D. Tomás Gómez Franco, aplaudió en su momento dicha ocurrencia y fue sorprendido por esas fechas “haciendo manitas” en la oscuridad con la Presidenta Regional con ánimo de “repartirse” amigablemente los consejeros de Caja Madrid, al margen del resto de las instituciones con representación en “la Caja”.

Por eso, porque cada vez que nos quedamos callados nos meten la mano en “la cartera” de los derechos (y también en la de los dineros) es por lo que, avergonzado y un tanto cansado de hacer de “agitador”, y pese a la horrorosa tipografía de la convocatoria, te invito a acudir al llamamiento del  Jueves 28 de abril  (EL agua no es un negocio). 

Y ya puestos, por si la presidenta se sale con la suya, te regalo un par “Acciones- antiprivatización” que, si eres lo suficientemente hábil, imprimiéndolas a dos caras en una cartulina “decente”, te permitirán montar una pequeña industria de “monedero falso” y, de paso, repartirte “El Canal” con “tus amigos y “compañeros de pupitre”.


































Si lo llego a saber, la última vez que jugué al Monopoly ("El Palé", para los de mi quinta), me hubiera quedado con la tarjeta que acreditaba dicha propiedad del 100% de la empresa.


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