Con
un poco de suerte, quizá todo quede en el ámbito de la irresponsabilidad
política que permitió el cierre del único “centro de referencia en Madrid para
pandemias y enfermedades emergentes”; Es decir del Hospital Carlos III para
convertirlo en un “apartadero” de enfermos más o menos crónicos. Esos que la
sanidad privada y los hospitales concertados no quieren ver ni en pintura
porque ocasionan mucho gasto.
Sin
embargo, si las cosas se tuercen (y pudieran llegar a torcerse) nos vamos a
encontrar con que dicha decisión, no sólo ha terminado saliéndonos muy cara en
el aspecto económico (desmontar y volver a montar un servicio muy complejo que
previamente existía y contaba con personal cualificado), sino que corremos el
riesgo cierto de poner en peligro la salud y la vida de los ciudadanos y,
además, haber abierto la puerta a una grave epidemia en toda Europa que, dada
la movilidad física de nuestras poblaciones, podría propagarse a todo el mundo.
Informaciones,
parciales e interesadas se están publicando muchas, por parte de los medios de
comunicación.
Y
en la mayoría de los casos tienden a llevar el foco a la cuestión de si era o
no conveniente la repatriación del “cooperante” (su condición religiosa no
viene al caso) y de quién debe pagar los gastos de dicho traslado.
Pero
casi todas tienden a ocultar, o minimizar, la incompetencia de las autoridades
sanitarias (Nacionales y de la Comunidad de Madrid) y los sucesivos disparates
que van cometiendo en cada paso que dan en relación con este asunto.
Por
este motivo y porque la cuestión, además de muy grave y delicada, es muy
compleja, invito a quien quiera dedicar 3 minutos a leer esta información,
“anónima” (por razones de seguridad laboral) pero aparentemente fiable y bien
documentada que, a mi juicio, nos permite valorar con mejor conocimiento de
causa todo este alboroto que, si no fuera por la gravedad del riesgo que
pudiéramos correr, se limitaría a ser una demostración más de
irresponsabilidad, incompetencia y afán de destrucción (de lo público”) de
nuestros actuales “malgobernantes”.
Resulta
francamente instructiva y ayuda a “interpretar” las “decisiones” (e
“indecisiones”) de unos responsables sanitarios (políticos) que no parecen
saber dónde tienen la mano derecha y deshacen hoy lo que mandaron hacer ayer (Y
estoy hablando literalmente).
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario