Hace
tres semanas, cuando leí la primera entrega de los textos de Carlos Bardem sobre
su proyectado viaje al ártico (Invitado por Greenpeace) estuve tentado de
reenviarla a mis amigos recomendando su lectura.
Me
sorprendieron tanto la corrección y limpieza del texto, como la fluidez
narrativa y el equilibrio entre lo poco que pretendía contarnos y la concisión
y amenidad del mismo.
Sin
embargo, dado que vendrían posteriores “entregas”, preferí esperar para ver si
se confirmaban mis buenas impresiones.
Me
alegro de haberlo hecho, porque -tras leer la segunda entrega- llegué a la
conclusión de que la historia (completa) merecía la pena ser leída y he aguardado hasta hoy
para poner a disposición de quien quiera pasar un agradable y didáctico rato de
lectura los siete pequeños capítulos de esta brevísima “historia de viajes”.
De
buena gana lo hubiera titulado “periodismo de aventuras” pues el tono narrativo
es común al de las novelas de Julio Verne o Emilio Salgari, pero lo cierto es
que, pese a lo hostil del territorio visitado, la expedición llevaba los pasos
muy medidos y, más que de una aventura, se trataba de un viaje publicitario
perfectamente medido.
Con
la única diferencia de que, en este caso, la publicidad no la pagaba nadie (salvo
los socios de Greenpeace) y los beneficios, si este viaje contribuye a sensibilizarnos,
los disfrutaremos todos.
Añado
que, cada día que pasa, me sorprende más agradablemente la persona de ese
tiarrón con cara de bruto que, además de bastante buen actor, resulta ser un
escritor más que mediano y una excelente (y probablemente tierna) persona.
Ahí
quedan las 7 entregas para quien quiera viajar hacia el hielo.
Como
diría mi buen amigo Alejandro: “deleitan, a la vez que instruyen”
Saludos.
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