Harto
de tener que lavarme las manos después de hojear los periódicos (para quitarme
la grasa y el almíbar que rezuman) he topado con este artículo de Dª Maruja
Torres cuya lectura sugiero a modo de vasito de “sal de frutas Eno” (intelectual)
después de una ingesta empalagosa.
Incluso
sin eructar, después de su lectura, se queda uno con el estómago algo más
asentado y sin esa sensación de “empacho”
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario