Veremos
lo que da de sí esta convocatoria.
Pero si los ciudadanos
(independientemente de nuestra ideología y nuestras filias y fobias políticas) tuviéramos
dos dedos de frente, en la tarde del próximo sábado día 22 no cabría un alma en
las calles del centro de Madrid.
Estaríamos
todos los que nos avergonzamos de algunos (demasiados) de nuestros gobernantes.
Los
que nos indignamos de que destruyan el patrimonio y los servicios públicos
repartiendo sus despojos entre amigotes y robaperas con corbata y zapatos de
tafilete.
Los
que hemos visto cómo nos rebajan el salario.
Los
que hemos visto cómo se abusa de nuestra hambre o nuestro miedo.
Todos los que nos indignamos
de que rescaten a los ladrones de la banca y las grandes empresas con el dinero
que les quitan a los trabajadores y a los pensionistas.
Los
que, teniendo buena cabeza y siendo buenos estudiantes, no podemos continuar
nuestros estudios porque el dinero de la educación se les regala a los bancos y
no podremos afrontar unas tasas similares a las de la enseñanza privada.
Los
que, a poco que nos descuidemos, si perdemos nuestro empleo, nos podemos quedar
sin asistencia sanitaria.
Los
que tememos dejar a nuestros hijos un país y una sociedad mucho peor que los
que heredamos de nuestros padres (que habían partido de cero).
Los
que nos sublevamos ante los indultos a los corruptos.
Los
que despreciamos la manifiesta prevaricación de muchos jueces y fiscales.
Los
que querríamos acabar cuanto antes con una monarquía, parasitaria, inmoral, marrullera,
ladrona y cobarde.
Los
que no cobramos (ni lo pretendemos) de los sobres de Bárcenas, ni de las
prejubilaciones de los ERE’S, ni de las comisiones de las ITV’S, ni del saqueo
del Palau, ni de las contratas de las basuras.
Los
que estamos hasta la tonsura de que nuestro gobierno mee por la bragueta de los
obispos y pretenda volver a meter a las mujeres en la cocina, o convertirlas en “hembras
de vientre”.
Los que no dormimos pensado
en cómo llegar a fin de mes.
Los
que sentimos vergüenza por el trato que se da a los más débiles, sobre todo si
son inmigrantes.
.
. .
Es
decir todos los que, siendo medianamente honrados y viviendo de nuestro
trabajo, vemos cómo medran y se enriquecen los depredadores y los parásitos
sociales y como algunos miserables utilizan sus cargos políticos para repartir
prebendas entre sus familiares y amigos, o perpetuarse en cargos provistos de “pesebre”.
Todos,
como digo, debiéramos conjurarnos para inundar la ciudad el próximo sábado a
partir de las 15:30 con nuestra presencia, civilizada y pacífica; Pero también severa.
Para
que los impresentables que juegan con nuestros derechos e ilusiones tomen nota
de que les vamos a ir sacando del poder a escobazos. (y el segundo aviso, el
día 25 de mayo a la hora del recuento de votos)
Para
ayudarnos a ello vienen gentes de todas partes.
Y
ya están a las puertas de nuestra casa.
Dejo
algunos de los enlaces que lo cuentan y en los que se puede ir obteniendo
información práctica para, si se está de acuerdo, sumarse a este pacífico “motín”
Saludos.
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