15/2/14

E la nave . . ., cambia de “piloto''


Desde febrero hasta junio pasados anduvimos (algunos ilusos) expectantes sobre lo que podrían -o no- influir en nuestros propios países y en el devenir inmediato de la Unión Europea, el desenlace de las elecciones italianas y su nuevo gobierno.
Parece claro que, tanto en este caso, como en el de las elecciones francesas, los resultados han sido un chasco.

El Sr. Hollande nos salió “rana” y anda pastando sin ningún pudor por los parajes de la “3ª vía” (primera salida a la derecha).
Y en Italia, el Sr. Grillo hizo honor a su noble profesión  de bufón y se burló de la política y de sus propios votantes, consiguiendo, eso sí, mantener la partida en tablas para que casi todo siguiera como estaba, suministrando oxígeno al Sr. Berlusconi y dejando en un cómodo segundo plano al Sr. Monti.
El Sr Bersani falleció (políticamente hablando) víctima de un ataque agudo de “sentido de estado”.

Y tuvo que “ponerse al frente del negocio” D. Enrico Letta, el más derechista (moderado, dirían otros) de los medio-progresistas del Partido Democrático (PD).
Curiosamente, y aunque atado de pies y manos poco ha podido hacer, ya que la defenestración de Silvio Berlusconi no ha sido mérito “de nadie”, el Sr. Letta ha resultado más digno y menos lesivo para los intereses ciudadanos que el Sr. Hollande que, cuando llegó, prometía poco menos que merendarse ese mismo neoliberalismo por el que ha fichado sin sonrojo hace unos días.
El Sr. Letta, por si no tuviera suficiente distracción con bregar en el casposo día a día de la política italiana y en el no menos casposo (y, además, desagradable) de la política europea, ha tenido que aguantar los zurriagazos de su compañero de partido y nuevo “milhombres político” (en ciernes) D. Matteo Renzi.

Finalmente el Sr. Renzi ha forzado la máquina para ocupar el sillón del Sr. Letta  quien, con total coherencia y dignidad, se ha echado a un lado y le ha dejado el campo libre.
Llegados a este punto, quiero dejar constancia de mi respeto por D. Enrico Letta que llegó al cargo prometiendo hacer “lo que pudiera” y eso (aunque sea poco) es lo que ha hecho sin dejarse enredar por ese trilero que es el Sr. Berlusconi.
Y, por otro lado, aunque no me gustan las prisas de D. Matteo Renzi, ni su ambición (que más que “política”, me parece “personal”), le deseo mucha suerte en su empeño.
Porque si, contra mi pronóstico (y ojalá me equivoque), es capaz de -al menos- sacar adelante una reforma electoral que liquide los vicios de la actual, ya habrá justificado de sobra su  (para mí) extemporánea audacia. (Y le “contrataría” para que hiciera eso mismo en mi propio país)
Y todos saldremos ganando.
     
Saludos.

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