Finalmente,
parece que la “avería” puede ser seria (para la Consejería).
No
obstante, tras hablar con un amigo abogado que tiene la costumbre de llevarme
permanentemente la contraria y echar por tierra todas mis ilusiones judiciales
(con respecto a este y otros asuntos) me veo obligado nuevamente a rectificar
para que nadie se llame a engaño.
Y,
con respecto a lo que ayer dije, tengo que aclarar lo siguiente:
Noticia mala
El
auto del TSJM NO dice que la continuidad del concurso deba esperar hasta que se
resuelva el recurso de inconstitucionalidad. (Ése es otro pleito distinto)
Noticias
buenas
1 El
proceso de privatización tiene en estos momentos dos suspensiones cautelares
vigentes (Juzgado Nº 4 y TSJM) y mientras no se levanten ambas, el proceso está
paralizado.
2 Parece
poco probable que el TSJM vaya a levantar la suspensión cautelar.
3 Si
el Sr. Consejero pretendiera recurrir ante “el Supremo” en lugar de ante el
TSJM, se tendría que sentar a esperar la respuesta.
4 El
auto del TSJM afirma con rotundidad que si no se produjera la suspensión
cautelar resultaría prácticamente imposible hacer cumplir la sentencia en el
caso de que se declarara la nulidad y se producirían daños irreversibles al
sistema sanitario.
5 El
auto del TSJM afirma que se pueden ver lesionados los derechos de los
trabajadores.
6 Y
además: en estos momentos hay más de una docena de pleitos pendientes de
resolución y en todos ellos pueden dictarse nuevas suspensiones.
Evidentemente
todo esto me lo han aclarado quienes entienden bastante más que yo de estos
tejemanejes.
Dicho
esto, parece que efectivamente el concurso “hace agua” por todas partes y, en
mi opinión, tiene menos porvenir que un espía sordo por mucho que el Sr.
Consejero quiera aparentar una serenidad de la que, estoy convencido, carece.
Así
que: bien descorchada está la botella.
Sin
embargo, la cruda realidad es que el saqueo continúa.
Y
aunque se haya logrado bloquear un frente, hay muchos más abiertos. (cartillas
sanitarias, desvíos de pacientes, privatización de los centros de salud, . . .)
Y,
atentos: porque el próximo día 30 de septiembre (dentro de un par de semanas)
vencen los contratos de muchos trabajadores eventuales (sanitarios y no
sanitarios) a los que la consejería ya daba por no renovados y, o bien ofrecían
su pellejo a las nuevas empresas –al precio y en las condiciones que éstas dictaran-
o se quedaban en la calle.
Ahora
falta saber qué hará la consejería; aunque conociéndoles se puede esperar
cualquier barbaridad.
Por
este motivo sigue siendo necesario el mantener el apoyo a los trabajadores y la
exigencia diaria, sistemática y firme de nuestros derechos y los de aquellos
conciudadanos a los que se los están quitando.
Cada
día que pasa es mayor la complicidad moral con el personal sanitario; y, con
nuestro apoyo, pueden convertir en papel mojado una serie de instrucciones y exclusiones
contrarias a la garantía del derecho a la salud que tenemos todos los
ciudadanos con independencia de nuestras circunstancias personales.
Dejo
aquí esta última información de hoy que no sé si definirla como “excusas de mal
pagador” o “canto de cisne” del Sr. Consejero.
Y
me pica la curiosidad de saber qué hará Sanitas con la “lencería” (sábanas, toallas,
etc.) que -con su logotipo grabado- parece ser que llevó, para ir ganando
tiempo (eficacia de la gestión privada) al hospital del Henares (Coslada) a
finales de junio; es decir un par de meses antes de que se fallara el concurso
en el que ¡oh casualidad! les tocó, precisamente, el Hospital del Henares.
La
cosa me produciría risa si no fuera por el convencimiento de que, también,
terminaré pagando de mi bolsillo esa “lencería”.
Saludos.
SÍ, .
. . parece que SE PUEDE
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