A
veces la prisas le hacen a uno perder una bonita ocasión de callarse y esta
podría haber sido una de ellas.
Sin embargo no lo ha sido. Y ello por
dos razones:
La
primera, el poder comprobar que una inmensa mayoría de personas comparte el
criterio de que la Sanidad Pública que defendemos es “de todos y para todos”
(sin condicionantes).
Y
la segunda, la satisfacción de saber que, una vez más, ese comportamiento
mezquino y sectario de las personas que luchan por la sanidad pública no era
tal, sino una intoxicación de algunos cagatintas que, interesadamente,
amplificaban los gritos de media docena de personas, mientras silenciaban la voz
de la mayoría.
Mantengo
lo dicho ayer con respecto a quienes vinculan el derecho a la asistencia médica
(publica, gratuita y de calidad) a la ideología, o el comportamiento previo,
del paciente. Y, de paso, aplaudo la sensatez (sesera lo llamé ayer) de quienes
mantuvieron su semanal protesta a las puertas del hospital sin pretender hacer
leña de un árbol caído.
Tampoco
voy a ocultar que he recibido alguna misiva de quien opina que “Sanidad pública y universal sí. Pero restregándosela
por la cara a esta panda de ladrones, que la utiliza solo cuando les interesa”.
Yo,
a título personal, creo que es mejor no rebajarme a ello, aunque sepa de sobra
que no debo esperar reconocimiento, ni agradecimiento.
Insisto:
La Sanidad Pública (que muchos defendemos) es “de
todos y para todos”
(incluidos D. Emilio Botín, el Sr.
Fernández-Lasquetty y, por supuesto, la
Sra. Cifuentes, ahora que la necesita).
Y me alegra que así sea.
Otra cosa es que, como me apostilla alguna persona
bastante juiciosa “cuando se recupere, que las revisiones las haga como
28/. Y que, cuando la envíen a planta, le den el mismo tratamiento que a
cualquier otro 28/. El que le prescriba el facultativo de turno. (Esperemos que
no sea un lameculos)”
Eso,
efectivamente, hay que reivindicarlo.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario