Aunque aparentemente los acontecimientos
se están empeñando en desacreditarme, Insisto:
Las cosas
ruedan por el camino “adecuado”.
Y cuando digo
“adecuado” no me refiero al “deseable”, sino al meramente “posible” que no
impida una solución que posibilite una cierta regeneración y cambio de tercio
en las cumbres del poder en Italia.
Digo esto
porque, pese a que, desde los periódicos y las radios, siguen insistiéndonos en
la ingobernabilidad de Italia, eso está aún pendiente de demostrar.
Hasta el
momento lo único que va quedando claro es que, salvo il signore Silvio Berlusconi
que está dispuesto a “lo que sea” con tal de no quedar fuera de juego (y, por
fin, en manos de los tribunales) todos los demás “actores” de la tragicomedia
italiana están representando adecuadamente el papel que se han “autoasignado”.
Mario Monti,
“de perfil” digiriendo el fracaso de la apuesta Político-Financiera (o, más
bien, Financiero-Política) impulsada por esa Santa Compaña formada por la
Troika (FMI, BCE, Comisión Europea) y “frau” Angela Mérkel.
Il signore
Beppe Grillo, contoneándose como un pavo real con las plumas desplegadas
intentando exhibir una pureza de sangre democrática basada exclusivamente en un
“no a todos” y, consecuentemente, un “no a todo” (aunque sea lo que él mismo propone).
Y el Sr.
Bersani (una vez los resultados le han dejado claro que no valen componendas,
ni medias tintas, en nombre de la gobernabilidad) diciendo lo único sensato que
puede decir: “Que no pactará en ningún caso con Silvio Berlusconi”; Con lo cual
sus posibilidades se reducen a hacer lo que le permita la formación de Beppe
Grillo, que es quien, con la posición de su dedo pulgar, puede decidir la vida
o la muerte de un hipotético gobierno de Bersani.
Ahora, una
vez confesada la incapacidad de comparecer ante el Presidente con los apoyos
garantizados, el Sr. Bersani le ha explicado que no los tiene; Pero que quiere presentar
su candidatura a las cámaras.
Y, ahí
(salvo que el presidente Giorgio Napolitano consiga esta tarde algún imposible
milagro) es donde va a estar la “prueba del algodón”.
Los “grillini”
pueden, con su voto en contra, impedir la designación de Bersani como primer ministro y la formación
de un gobierno “en minoría” que en ningún caso podría sacar adelante ninguna
propuesta que no contara con su expresa aprobación (del Movimiento 5
Estrellas).
En ese caso el
país quedará “descabezado” hasta por lo menos el 15 de mayo cuando, una vez “elegido”
un nuevo Presidente (¿cómo?), se puedan volver a convocar elecciones (con la
misma e indecente Ley Electoral que todos, salvo Berlusconi, quieren derogar).
Y, sospecho (y
deseo) que, si se llega a ese escenario, los italianos sabrán quien (en aras de
conservar una supuesta “virginidad política”) ha impedido que (como poco) se
modifique la Ley Electoral y se
escenifique un corte de mangas a las instrucciones de expolio y saqueo de la “madrastra
europea”. Incluso, puestos, también podrían sacar adelante la Ley que garantice
la gestión pública del agua y la prohibición de su mercantilización que, pese
al nítido resultado del referéndum, duerme el sueño de los justos en los
sótanos (de los intereses) de los partidos políticos (gobernantes).
A veces,
aunque se trate de una frase hecha, "lo mejor es enemigo de lo bueno" y uno
tiene que “mojarse”.
O tal vez ¿Beppe
Grillo cree que “a la próxima” va a conseguir la mayoría absoluta para su
formación?.
Personalmente
no le considero tan necio. Aunque la vanidad, a veces, produce ceguera (por deslumbramiento)
Si alguno ha
sido capaz de leerse todo esto pensará que, aunque no soy “grillini” estoy “grillado”
Pero, quizá, matice su opinión si se toma la
molestia de leer este artículo de Pablo Ordaz en el, nada sospechoso (de
veleidades “antisistema”), diario El País.
Saludos.
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