Malos
tiempos estos que corren para los “emprendedores” de la calaña del Sr.
Díaz-Ferrán (ayer, al parecer caminaba esposado entre dos guardiaciviles por los pasillos de un
juzgado) los constructores “filántropos” (como el Sr. Villar Mir), los
tesoreros expertos en “obras de arte” (de la evasión fiscal y el dinero en
efectivo) y los apóstoles del liberalismo cuyos negocios prosperan, casi
exclusivamente, a costa del dinero de la Instituciones, como es el caso de ese prohombre
del empresariado patrio llamado D. Arturo Fernández.
Bueno pues
el caso es que a estos conocidos patriotas se les están torciendo las cosas y
dentro de poco van a necesitar más brazos que la diosa Shiva para poder parar
los golpes.
Lo cual no
es obstáculo para que, cuando muchos de nosotros pensamos que están con el agua
al cuello, ellos sigan preparando la siguiente dentellada al bolsillo del
contribuyente.
O al menos
eso es lo que deduzco que está haciendo D. Arturo Fernández; quien, a la vista
de lo impresentable de la imagen de su “grupo Cantoblanco”, que paga con dinero
negro y anda en el "punto de mira" de la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y los
jueces de lo laboral, está intentando vestirse de lagarterana (empresarial)
para poder llevarse los contratos de las cocinas de los hospitales que mañana o
pasado van a privatizar y considera que le pertenecen por derecho propio.
Para ello se
va a dejar “absorber” por otra empresa extranjera (Serunión dicen que se llama) que pueda presentarse a
dichos concursos sin aparentes cuentas pendientes con la Administración y la
Justicia.
Lo cuento,
ejerciendo de “soplón” y aún a riesgo de equivocarme (en cuyo caso pediré
públicas disculpas) porque creo que uno de los mecanismos más poderosos para
impedir este tipo de “pelotazos” es la denuncia pública antes de que se
perpetren.
Que cada
cual saque sus propias conclusiones. (la mía ya está expresada)
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario