Supongo
que casi todos recordamos aquellos lejanos tiempos (1989) de “Telechotis” en
los que un por aquel entonces jovencísimo (27 años) y casi desconocido locutor (Hilario
Pino) con el pelo cortado “a cepillo”, presentaba los informativos nocturnos de
la recién creada Telemadrid que fue la
primera cadena pública autonómica y abrió el abanico de posibilidades de
elección de emisoras.
En
muy poco tiempo, gracias al buen hacer de sus gestores (Javier Fernández y Pedro
Erquicia), los madrileños, que somos gente que (afortunadamente) no estamos
especialmente orgullosos de serlo y nos limitamos a consideramos “gente
corriente”, empezamos a sentir un punto de orgullo al constatar que teníamos
una televisión pública que, pese a su
modestia (28 trabajadores y sin instalaciones propias durante casi 8
años), tenía una credibilidad comparable y, en términos generales, mayor que
las dos grandes televisiones públicas que, junto a Telecinco y Antena 3, eran, a
efectos prácticos en esas fechas, las únicas posibilidades de “trastear” con el
mando a distancia.
Eso
era entones.
Hoy,
desde hace ya unos cuantos años (los que lleva el PP gobernando la Comunidad de
Madrid) Telemadrid es todo lo contrario, manipulación y absoluta falta de
credibilidad (además de despilfarro).
Sin
embargo no todo es basura.
En
Telemadrid, al igual que en la Sanidad, la Educación, el Canal de Isabel II y
otras muchas empresas públicas, la basura es su cúpula dirigente y los
políticos que les nombran, en tanto que sus empleados suelen ser gente
competente, honesta y trabajadora.
Bueno:
Pues en vísperas de que caiga la cuchilla de los despidos y la privatización
(desmantelamiento y saqueo) que liquidará Telemadrid, sus trabajadores (los de
verdad, no los parásitos de sueldos y contratos indecentes) han decidido “replicarla”
en Internet.
En
mi opinión merece la pena apoyar este empeño.
Tanto
como gesto de desobediencia civil y en defensa de la dignidad de estos
trabajadores y de la nuestra propia, como, en mi caso, por creer que tarde o
temprano (espero que temprano) podremos echar a escobazos a los depredadores
que nos gobiernan y, llegado ese momento, es importante conservar el orgullo y
el recuerdo de “nuestra televisión” para poder reivindicar su recuperación como
un servicio público al servicio de la verdad y la información no manipulada.
Por
eso, a mi juicio, será bueno que sus actuales trabajadores sigan siendo un
equipo.
Así
que propongo que, quien comulgue con este planteamiento, prescinda de algunos
minutos de telebasura y los cambie por un rato de rastreo en las tripas de TMex
que hoy concretamente tiene previsto cubrir la manifestación del 23-F en
nuestra comunidad.
Saludo.
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