Mientras
nos aclaramos sobre si serán galgos o podencos, si Mariano llegará hasta el
verano y si lo mejor es que todo reviente porque si no nos volverán a engañar,
sugiero la lectura de este artículo de Luis García Montero que aunque no
participa de esta “urgencia” que tras 30 años de siesta de repente nos acomete,
puede servir perfectamente para ir resituándonos en la realidad según vamos
abriendo los ojos.
Será
un error limitarnos a soltar la adrenalina (y la bilis) sin saber previamente
cual es el fondo de la cuestión, y cuales las metas a donde pretendemos llegar.
Sin
ese ejercicio previo, corremos el riesgo de salir corriendo “hacia ninguna
parte” y, tal y como al parecer sucede a los viajeros desorientados en los
desiertos, caminar en círculo para terminar regresando al punto de partida.
Es
decir a esta misma indecencia.
Saludos.
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