Muy
a menudo me sorprendo con la agudeza y la amable acidez de las viñetas NAPI en
El Economista.
Sobre
todo porque en más de una ocasión he pensado que, si seguía por ese camino, iba a
durar poco en ese periódico que no se distingue precisamente por su crítica al
actual sistema socioeconómico.
Bueno,
pues ahí sigue.
Y
como más de una vez he estado tentado de ofrecer una viñeta suya y al fina no
lo he hecho, dejo aquí un enlace desde el que poder gozar (porque algunas son
gozosas) de su ingenio.
Saludos.
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