Una
interpretación novedosa y posiblemente bastante cercana a la “realidad” (si es
que, a estas alturas, la realidad es algo “real”) es la que ofrece Nazanín
Armanian en este artículo.
Ahí
queda.
Y,
¡oído al parche!, porque lo que cuenta, aparte de novedoso (para mí al menos), incluye
una ristra de malos augurios.
Saludos
y buenas noches.
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