Parafraseando
a Cicerón cabría preguntar: Quousque tandem abutere, Europa, patientia nostra?
El
abuso del que hablamos es innegable y perfectamente conocido.
La
cuestión es hasta dónde llegará la desvergüenza de unos (los políticos), la
impunidad de otros (los defraudadores, ladrones más bien) y la indiferencia de
todos nosotros que somos los perjudicados.
Que
en estos momentos empiece a ser más peligroso denunciar a los ladrones, que
robar, debería hacernos reflexionar y, a continuación, actuar.
No
debe ser tan difícil hacer la lista de los bancos y países que colaboran más
intensamente en esta modalidad de saqueo.
Ni
tampoco señalar con el dedo a las formaciones políticas que, ayer y sobre todo
hoy, fomentan y amparan con su indiferencia o colaboración este tipo de conductas.
Suscribo
el titular y el contenido del texto de Ignacio Escolar.
Y,
aquí al lado, Gibraltar también, entre otros muchos.
No sé dónde leí que en el caso de Gibraltar, bastaría con no facilitarle
conexión telefónica, que necesariamente depende de España, para “recortarles las
alas”.
Por
qué no hacerlo?. Al fin y al cabo se trataría de impedir la consumación de delitos.
Sería edificante que alguna formación política lo propusiera en el Congreso.
Serviría al menos para retratar a cada quién.
Saludos
y buenos días.
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