Aparte de D. Julio Anguita, somos muchos los que,
desde hace ya mucho tiempo, venimos afirmando que el tratamiento aplicado a
Grecia, Portugal e Irlanda no se trata de un rescate sino más bien de un “secuestro”
(de la independencia económica y de los derechos civiles, de las vidas y la
libertades en suma).
Y lo mismo opinamos del tan cacareado “rescate”
español que unos alientan y otros tratan de evitar o demorar.
Desde ese punto de vista, y pese a que estoy
convencido de que D. Mariano Rajoy lo único que pretende es ganar tiempo hasta
que pasen las elecciones andaluzas, perdón gallegas (en qué estaría yo soñando)
y después pagará el tributo de las cien doncellas al minotauro de los mercados,
en este momento me alegro de su ejercicio de galleguismo que tiene en un
suspiro al sector más pragmático y sensato de nuestros supuestos “rescatadores”.
Piensan éstos, y con razón, que a poco que se le
tuerzan los resultados electorales al gallego, y a los ciudadanos nos dé por
salir a la calle armar bulla, no habrá
narices para asumir a posteriori las leoninas condiciones asociadas al supuesto
rescate.
Y si España no firma, no sólo se habrá perdido la oportunidad
de “trincar” de una vez por todas el sistema público de pensiones, la sanidad,
la enseñanza, las loterías, los aeropuertos, la Renfe, el agua y todo aquelllo
que resulta imprescindible para la vida diaria y genera “ingresos” que en estos
momentos aún no controla totalmente la eficiente iniciativa privada, sino que,
además, puede suponer un muy mal ejemplo para otros países, tanto pequeños,
como grandes.
Por eso me alegra escuchar las razones de D. Carlos
Sánchez en el poco sospechoso de izquierdismo El Confidencial, que ofrece un
análisis, a mi juicio, muy bien argumentado y expuesto contrario a la petición
de dicho supuesto “rescate”.
Fiel a mi costumbre de vampirizar ideas ajenas ahí
lo dejo.
No es muy largo, pero sí bastante nutritivo (desde
el punto de vista analítico)
Y, de propina, para viciosos, diletantes
empedernidos y perplejos ante el desparrame de oriente medio, un nuevo artículo
de Nazanín Armanián en este caso sobre Turquía y el espinoso y peligroso jardín
Sirio en el que se está metiendo.
Saludos
y buen domingo.
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