El
problema es que dicha “generosidad” para con los Diputados y personal adjunto
resulta incoherente con las prédicas de austeridad y la justificación de que “no
hay dinero” y “no podemos gastar más de lo que tenemos”.
Peor
aún, resulta insultante quitarles el pan de la boca a algunos (los de familias más económicamente débiles) niños para comérnoslo
los mayores.
Por
estas razones me sumo a la censura que hace la Federación de Asociaciones de Padres
de Alumnos Giner de los Ríos.
Y,
aunque desisto de exigir dimisiones que no se van a producir y que, en todo
caso, debieran partir de la iniciativa de los propios responsables, solicito a
éstos que recapaciten y adopten las disposiciones necesarias para acabar con
esta vergonzosa situación.
Lo
pido como contribuyente.
Y por respeto a las familias que en estos momentos
están sufriendo la merma de su más que razonable derecho a la educación de sus
hijos.
Saludos.
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