Vicenç
Navarro enumera en este artículo tres alternativas posibles “. . .ante la
enorme crisis financiera y económica existente en España . . .”
1 Seguir por
la senda marcada por los que consintieron que nos metieran en este aprieto y
después han ido empeorándolo día a día. Es decir seguir con la política actual
2 Modificar dicha política y apostar por el crecimiento
(Política expansiva)
3 Salirnos del
Euro.
Para
mí la primera, no es una alternativa sino una imposición deliberada con el fin asfixiar
aún más la economía, empobrecer el
Estado y justificar de ese modo su malventa junto con los recortes, o extinción,
de los derechos, sociales, laborales y económicos de los ciudadanos.
De
las otras dos alternativas yo, al igual que el profesor Navarro preferiría la
segunda pese a no ser más que un parche
provisional (porque lo que falla es el sistema), con el fin de ver si podemos
frenar el empobrecimiento de los más débiles y recuperar algo de aliento para
dar un paso adelante.
Incluso
no me preocuparía de la posible desmovilización de la gente porque estoy plenamente
convencido de que el desastre financiero ha llegado tan lejos que ya no tiene
remedio e inevitablemente habrá que recortar las alas a los halcones financieros
e incluso a algunos meterlos en una jaula por unos cuantos años.
Sin
embargo mucho me temo que nuestros
mandamases son tan obtusos que insistirán en ordeñar la debilitada vaca de
nuestra paciencia hasta que en algún momento le demos una cornada al sistema.
En
ese momento, yo que fui entusiasta de Europa y del Euro, me alegraré de dejar
tan mala compañía y estoy convencido de que no nos irá peor que si nos quedamos.
Conviene
leer este artículo (y cuantos se pongan a tiro) para formarse una opinión al
respecto; porque ese momento llegará
Vicenç
Navarro cuenta algunas cosas que, incluso un pedante como yo (que medio presume
de estar “enterado”) desconocía, como es el hecho, de que Argentina, tras romper
con el FMI y pese a lo que nos cuentan, basó más su recuperación en el crecimiento
de la demanda doméstica más que en las exportaciones.
Eso
cuenta, entre otras cosas, Vicenç Navarro, y yo no tengo por qué dudarlo. Ya que,
además de honesto, le considero bien informado.
Saludos.
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