Hace un par de días afirmé que “a veces, creo ver
“brotes verdes”
Y más me valía haberme callado. Y ello por dos
razones completamente opuestas.
Por un lado, alguna gente que me conoce y, estoy
seguro, me aprecia, ha llevado la conversación a lo conveniente que nos resulta
a todos nosotros a estas edades un chequeo médico para detectar precozmente
cualquier indicio de disfunción del aparato “cenital”.
Y, a la vez, alguna que otra gente me ha preguntado
(y pienso que no se estaban burlando) por las razones que me hacen pensar
semejante cosa.
Aún no me he decidido por lo del chequeo y, como por
otra parte todavía no tomo ninguna medicación, no puedo pensar que me he liado
con las pastillas.
Por eso, para quien tenga curiosidad, trataré de explicar por qué estoy convencido de que el ritmo de los acontecimientos se está acelerando y
aproximando a un nivel en el que, o nos cagaremos de miedo (y cabreo), o bien,
nos partiremos de risa (nos acojonamos, o nos escojonamos).
Y confío en que, en cualquiera de los dos casos, se
romperá la tensión actual que nos tiene paralizados, inapetentes y
desesperanzados.
No debemos olvidar que la desesperanza de la víctima
es el penúltimo paso a la victoria total del verdugo (“1984”,
Orwell y “La doctrina del shock”, Naomí Klein).
Por eso es por lo que algunas de las cosas que pasan (cada
día más) me parecen buenos augurios.
Y, si no, consideremos esta docena, más o menos
reciente.
Este mismo sujeto, hace tres a cuatro meses nos hubiera podido
empapelar a cualquiera de nosotros (y si no que se lo pregunten al juez Baltasar Garzón) y
hoy es un "desecho" moral.
Y, además, en los próximos días, el Congreso tendrá
que tramitar las solicitudes de pensiones reclamadas por los ex presidentes del
Tribunal de Cuentas y la Defensora del Pueblo.
Se las aprobarán, seguro. Pero teniendo en cuenta
que se trata de una compensación temporal para suplir la posible falta de ingresos
y los dos primeros rebasan holgadamente la edad de jubilación, algo va a chirriar
en el asunto.
Será un nueva lección moral de nuestros mandamases
para los vagos que pretenden aferrarse a los 400 Euros sólo porque han perdido
el empleo, pese a que pueden vivir confortablemente con sus padres.
Hasta casi ayer mismo estas cosas ni se cuestionaban.
Los caballos defecan mientras desfilan, algunas
personas mientras opinan.
Y alguna diputada del PP entra en ese grupo.
Han tardado en darse cuenta, pero a ver si se
aplican el cuento. Porque la Sra Mérkel no podrá perpetrar algunas próximas tropelías sin el
concurso de sus votos.
Hasta ayer nadie se había dado cuenta.
Al final va a ser cierto que “la crisis se
acabará cuando el miedo cambie de bando”
¡Otro que tal baila!. Le pasó lo que a Dª. Ana
Mato, que no se dio cuenta de que tenía un Jaguar en su garaje (y lo usaba).
Este hombre, o no sabía lo que cobraba cuando
ayudó a hundir Lehman Brothers, o quizá entonces no le parecía tan mal.
Parece que el Sr. Sánchez Gordillo está creando
“escuela” y le está saliendo gratis la publicidad.
Sin necesidad de muertos, ni
damnificados.
Esta infeliz pareja tiene que poner en alquiler el
palacio de Pedralbes porque tampoco puede pagar la hipoteca y poco menos que se
tendrá que mudar a un piso.
Me preocupa que se tratase de una triquiñuela
para entorpecer la “pública subasta” (con “bicho” dentro)
O sea que algunos de los que sacaban pecho en la
foto con el rey, como se descuiden, tampoco van a poder pagar “la hipoteca”,
¡Pobre gente!.
Este tipo de “espantás” suele ser directamente
proporcional al nerviosismo del “poder” e inversamente proporcional al cuadrado
del coeficiente mental del sujeto que las lleva a cabo.
Y otro de tierras.
Y otro de dinero (como “los de verdad”).
Están que lo tiran.
Y lo malo es que, como medio ayudan a gobernar,
no va a haber más remedio que escucharles la ocurrencia y, además, justificar
la negativa.
Aunque la frase es desafortunada, la intención de
estos chicos parece sana.
Siempre he pensado que una cosa es el PSOE y otra
bastante distinta sus militantes (los que no aspiran o detentan “cargo”)
Algo así como la iglesia católica (la jerarquía)
y algunos curas pelones que se baten el cobre con la realidad a diario.
Además de estafados, empurados.
No estaría mal. todo el dinero que ellos
defraudan se lo quitan fundamentalmente a quienes menos tienen y más necesitan.
Pero, paradójicamente, lo que mejor me suena de
todo es la cacofonía de la orquesta burocrático-financiera en estos últimos
días y el desparpajo de algunas propuestas como la de la semana laboral de 6
días para los griegos.
¿Por qué sólo seis días?.
Y, ¿Por qué sólo a los griegos?.
Esperemos unos cuantos días más y apuesto a que a nosotros también nos recetarán
dicho tratamiento.
Que no se me diga que no es o para partirse de
risa, o para cagarse de miedo.
Y, en el actual estado de cosas , ambas opciones son saludables.
Eso es lo que identifico con “brotes verdes”
Esperaré un tiempo antes de pedir cita a mi
geriatra.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario