Tras
la amarga experiencia de hace año y medio con “la Voz de la calle”, he estado
dudando sobre la conveniencia de echar las campanas al vuelo con el nacimiento
de esta nueva apuesta informativa.
Además,
como soy un sentimental, me hubiera gustado ver al difunto Público.es renacer
de sus cenizas con toda su tripulación completa, desde del director hasta el
motorista.
Y,
a poder ser, otra vez “en papel”
Evidentemente no pudo ser.
Y debemos darnos con un canto en los dientes
por la indudable calidad informativa e influencia social que empieza a tener
Público.es, en el que, "aunque no están todos los que eran”, “eran casi todos los
que ahora están”.
Por otra parte “eldiario.es”
que así se llama el nuevo periódico,
parece que nace con un rodaje y una cohesión que auguran su viabilidad y, dado
el personal que lo sustenta, garantiza su conocimiento del "oficio", independencia y honestidad profesional.
En cierto modo se ha producido un proceso de partenogénesis mediante el
cual las células fértiles del extinto Público (de papel) se han reproducido por
división y ahora tendremos dos periódicos (digitales, de momento) en lugar de
uno.
Reconforta pensar que, así a simple vista, la suma de unos y otros casi
coincide con la plantilla primitiva, ampliada con nuevas caras.
Aunque yo sigo echando en falta algún nombre que no citaré pero que
merecería “estar” presente en cualquiera de ellas.
Lo dicho: Bienvenido sea “eldiario.es” y larga vida al periodismo independiente
y honesto.
A modo de aperitivo, desde hace ya algún tiempo, puede seguirse este
parto desde un blog de Ignacio Escolar llamado “Zona crítica”
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