Buenas:
Leo hoy en el País que el ayuntamiento de Sevilla
está demoliendo lo ilegalmente construido hasta el momento de “una biblioteca
de la Universidad hispalense proyectada por Zaha Hadid”.
En primer lugar quiero dejar claro que demoler es un
acto grave (destruir), que comporta despilfarro de recursos y esfuerzos y tiene
unas muy malas consecuencias medioambientales.
En segundo lugar, afirmar (aún sin conocer el
proyecto) que previsiblemente se trataría de una hermosa pieza de Arquitectura
(no entro a valorar, su funcionalidad, su oportunidad, su coste, ni la racionalidad
de semejante inversión).
Dicho esto, y una vez que los tribunales han
dictaminado que se trataba de una construcción “ilegal”, no tengo más remedio
que aplaudir la decisión de demoler lo ya construido y devolver el suelo a su
estado original.
Y ello pese a los costes (económicos y
medioambientales) y a que, posiblemente, el daño a la ciudad era infinitamente
menor que el de ese adefesio de la costa de Almería llamado “el Algarrobico”.
Se trata de salvaguardar el principio de que las
leyes hay que cumplirlas y nadie puede sacar ventaja de “los hechos consumados”.
Ahora: que se exijan explicaciones a los
intervinientes en semejante desaguisado
Y, si procede, y hubiera alguna conducta reprochable
que fuera más allá de la pura incompetencia o megalomanía administrativas, que
se sancione y se exijan las responsabilidades, políticas, administrativas,
económicas o penales a quien corresponda.
Aunque en la vida real no suele ocurrir, sería bueno
que todos tuviéramos la sensación de que “el criminal nunca gana”
Y, de paso, me pregunto si esta demolición hubiera salido
adelante sin la mosca cojonera de IU en el gobierno de la Junta de Andalucía.
Esperemos que esto sea el principio y cuando las máquinas
terminen de explanar el solar, las suban a una “góndola” para trasladarlas al
Cabo de Gata junto al Algarrobico.
Que así sea y, nosotros lo veamos.
Saludos.
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