10/4/12

Sobre la inmoralidad de sistema financiero y la Obtusa Ignorancia de la Sra. Mérkel

Me fastidia tener que referirme tan a menudo a las opiniones de determinadas personas.
Pero, en justicia, no puedo evitar que ciertas reflexiones se me antojen como muy importantes y por eso vuelvo a traer hoy a colación un artículo de Vicenç Navarro relativo a la manifiesta (y peligrosa para todos los europeos) ignorancia de la Cancillera alemana Doña Ángela Mérkel, la inmoralidad del sistema financiero y, la mucho más grave, inmoralidad de los gobernantes europeos que consienten y bendicen tales comportamientos.
En vísperas del degüello que se nos avecina, a nosotros los españoles, pienso que bastante gente empieza a tener claro que el “sistema de libre mercado” no funciona.
O, más exactamente, que funciona como un mecanismo de apropiación de riqueza por parte de unos pocos a costa de la pérdida de derechos y bienes materiales del resto de la población.
Intuyo que, esto, lo empezamos a tener claro casi todos.
Pero quizá no sean tantos los que se hayan parado a meditar sobre las causas que nos trajeron a tan triste condición y las consecuencias de admitir la prevalencia de unos supuestos criterios económicos (falseados) sobre la voluntad de los ciudadanos en cada uno de sus ámbitos de decisión.
Aunque sólo sea como una reflexión más, para no tener que lamentarnos a posteriori de no haberlo pensado, recomiendo la lectura de este artículo que, a mí personalmente, me preocupa por lo que tiene de premonitorio de una locura colectiva a la que fatalmente nos van acercando, por acción o por omisión nuestros respectivos gobiernos y representantes políticos.
Quizá estemos a tiempo de frenar esta estúpida deriva.
Pero ello no se hará si, previamente, no hemos tomado conciencia de cuáles son los verdaderos problemas y seguimos dejándonos enredar en el obsceno artificio financiero de una falsa crisis económica, que no es tal, sino financiera y que nosotros no hemos provocado.
Obscena partida que, además, se juega con reglas y cartas marcadas por quienes “quebraron la banca” y pretenden seguir controlando “el casino” a costa de nuestra progresiva miseria y renuncia al capital moral y material conseguido gracias a nuestro trabajo y, sobre todo, a las renuncias y luchas de nuestros mayores.
Saludos, no excesivamente optimistas.

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