No
sabía muy bien por dónde empezar a expresar mi indignación, preocupación y
escándalo por la inclusión de una medida tan inmoral e ilegítima como es la Amnistía
Fiscal que ha incluido el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado de
2012.
Yo,
que me considero un optimista impenitente, empiezo a estar seriamente
preocupado por el rumbo que están tomando los acontecimientos, tanto nuestro
propio país como el resto de los países europeos.
De
seguir así, en mi opinión, habrá palos.
Y
digo palos por no pronunciar otra palabra aún más terrible que ha estado
presente en todas las convulsiones sociales a lo largo de la historia.
De
momento lo dejo ahí. Y, haciendo honor a mi optimismo, espero que el 22 de
abril los franceses envíen una nueva señal, la reforcemos, nosotros aquí y los
demás en sus países el 1ª de mayo, y se consolide el 6 de mayo con un cambio
de “régimen” en Francia.
Ya
sé que soy un ingenuo, pero es lo que espero. Es posible y, en todo caso, la
alternativa no me gusta.
Bueno
a lo que iba, no sabía cómo expresar mi vergüenza, ni cómo explicar la gravedad
del latrocinio e impunidad que implica la medida antedicha, cuando, D. Carlos
Sánchez desde las páginas de “Elconfidencial.com”, que no es precisamente un
diario marxista, viene a ahorrarme la mayor parte del trabajo.
Solo
añadiré que confío en que alguien, con medios suficientes para hacerlo y el
mínimo de dignidad necesario para no mirar hacia otra parte, esté ya en estos
momentos solicitando la suspensión cautelar de dicha norma ante el Tribunal
Constitucional. Ya que, por lo que yo sé y muchos otros más autorizados que yo
señalan, con la Constitución en la mano no es posible conceder una Amnistía, ni
fiscal, ni penal.
Quizá
por eso el BCE se permita sugerir que es preferible que “el
presupuesto se tramite con legislación de emergencia”
Hasta
ahí llega la desfachatez y falta de disimulo de los burócratas europeos.
O
sea, que recomiendan al Sr. Rajoy que haga uso del artículo 55 de la
constitución que habla de “La suspensión de derechos y libertades” para evitar
tener que dar explicaciones en el congreso, no vaya a suceder que, como en
Grecia e Italia, tengan que terminar poniéndonos otro presidente.
Más
desvergüenza resulta francamente difícil.
Así
que con un poco de suerte, en unos cuantos días, D. Emilio Botín (y allegados)
podrán traerse a España el dinerillo que inadvertidamente tenían en Suiza.
El
sujeto de Gescartera, los de la trama Gürtel, los de las bolsas abultadas que
viajaban por el caribe, los promotores golfos, los mafiosos y otros especímenes
similares y hasta, quizá, Luis Roldán y José María Ruiz Mateos, podrán, previo
donativo de una pequeña limosna al Estado Español, traerse los dineros que
robaron y comprarse legalmente medio país, ahora que, con el cuento de la austeridad,
se anuncia la liquidación por derribo de nuestro sector público para pagar la
deuda contraída avalando a un sistema financiero, parasitario, quebrado y
corrupto.
Como
no pongamos pié en pared, acabaremos mal.
Saludos, entristecidos.
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