Bueno: Pues parece que ya ha comenzado la rebatiña. (el gobierno avisa que la reforma sanitaria puede tocar "todo")
El gobierno ya nos va preparando para que nos
hagamos a la idea de que, con el cuento de “las cuentas”, va a malvender lo
mucho que aún queda de nuestro sistema sanitario público y del sistema
educativo.
Cuenta para ello con el apoyo indisimulado de los
burócratas europeos.
Y sus gentes se lanzan a proclamar auténticas
falsedades que, a base de ser publicitadas y amplificadas por los medios de
comunicación y repetidas acríticamente por una gran parte de la ciudadanía, se
terminarán convirtiendo en “verdades oficiales”.
Falsedades tales como la enormidad de la Deuda
Pública Española (en realidad es la menor de los 5 países más “gordos” de la UE),
o la insostenibilidad del sistema sanitario público que, en realidad, pese a
ser considerado uno de los mejores, es
el más barato en importe (y de los más baratos como en porcentaje del PIB) de
los 15 países más importantes de la Zona Euro, incluidos Portugal y Grecia.
Mucho me temo que, con la actual composición del
Parlamento Español y la ignorancia del común de los ciudadanos, la batalla esté, de
momento, perdida.
El programa es el siguiente:
Hoy se trata de crear pánico con el miedo al “rescate”.
Mañana (es decir dentro de 24 horas) se justificará el
recorte (lo llaman reforma) de derechos en Sanidad y Educación, para hacerlas sostenibles.
Mañana, también, apelaran al sentido de la
responsabilidad del PSOE para que por patriotismo asuma y bendiga esos
recortes.
Pasado mañana, los Mercados, considerarán
insuficientes las medidas previstas y subirán el diferencial de “la Deuda”
Y, finalmente, el Gobierno, con el apoyo de
Conveniencia y Unió (con grandes intereses tanto en la sanidad como en la
enseñanza privada), aprobará el malvender o entregar a la “eficaz Gestión Privada”
los mejores activos del sistema público, garantizándoles, eso sí, su generoso
pago (a cargo de nuestros impuestos) por los servicios que el Sistema Público
dejará de prestar (no de pagar a un tercero).
Luego, dentro de unos años, cuando se le haya sacado
todo el jugo “al limón” y se llegue a la ruinosa situación del hospital La Fe
de Valencia, o las autovías de peaje que no iban a costar nada al contribuyente,
el Estado tendrá que hacerse cargo de los platos rotos y pagar las pérdidas.
En un caso porque se trata de un servicio esencial del que, como la electricidad, no podemos prescindir y
en el otro, porque, "por cuestión de imagen", no podemos permitirnos dejar quebrar a constructoras y
bancos una vez que se embolsaron los beneficios del negocio; que era (exclusivamente, y ellos lo sabían) la fase de construcción (y, probablemente, el soborno a
quienes lo autorizaban y adjudicaban).
Y entretanto muchos
de nosotros todavía andamos con mala conciencia, intentando justificar lo que
no es más que un saqueo organizado, como si fuera algo inevitable llovido del
cielo, o derivado de nuestra mala conducta.
Así nos va.
Y peor
nos va a ir hasta que despertemos de la hipnosis del llamado “libre mercado”
Afortunadamente ahí
tenemos el ejemplo de los países de América del Sur y algunos asiáticos que
desde que hicieron un corte de mangas al FMI y al Consenso de Washington, van
sacando a sus poblaciones de la miseria y se mantienen al margen de estas andanadas.
Saludos.
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