Pero
lo cierto es que el “anuncio” que incluye Borja Mari sobre lo que “su partido”
piensa hacer a partir de ahora, nos llega con retraso.
Llevan
meses haciéndolo, en “sus” periódicos, en “sus” televisiones autonómicas y en
sus declaraciones públicas de ámbito doméstico. Es decir para la propia
parroquia española.
Porque
lo cierto es que, cuando hablan fuera de casa no sólo dicen la verdad (“haremos
una reforma extremadamente agresiva”) sino que, en su afán de ganar puntos, a
veces se pasan y los amos del teatrillo les tienen que llamar al orden.
La
única explicación que se me ocurre para este retraso informativo es que Borja
Mari, persona próxima al Poder y habitualmente bien informada, conocía desde
hace mucho estas previsiones y escribió este artículo hace ya mucho tiempo,
incluso antes de las pasadas elecciones generales para tenerlo listo el mismo
día de la investidura.
Y
lo que luego ocurrió es que, debido a la innegable delicadeza de nuestro
gobierno que ha procurado darnos en todo momento una visión optimista y
esperanzadora de nuestro futuro inmediato y a ciertas dificultades derivadas de
la falta de patriotismo y sentido común de los sindicatos, los maestros, los médicos
y, sobre todo, del ignorante y atrasado pueblo
andaluz que se equivocó con las papeletas el pasado día 25, no ha habido un
momento propicio para publicarlo.
Hoy,
una vez comprobado que la ciudadanía andaluza, la española, e incluso la
francesa, no sólo no reconocen sus errores, sino que persisten en ellos, ha
llegado el momento de que "por nuestro bien” se pongan las cosas en su sitio.
Donde siempre debieron estar.
Por
eso, aunque con retraso, lo publica hoy.
Me
uno a su recomendación (para quien aún no lo haya leído) de la lectura de 1984
de George Orwell (novela escrita en 1948) cuya clarividencia al describir el actual
estado de cosas resulta prodigiosa.
Saludos.
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