Lo he leído esta mañana (en la edición “de papel”) y debo confesar que me ha escocido profundamente.
Fundamentalmente porque el bueno de Antonio Orejudo ha descrito con pelos y señales mi comportamiento. E imagino que el de muchos de “nosotros”
Efectivamente estamos encantados de tener un periódico “de izquierdas” y, sobre todo, un lugar donde pueden expresarse (y oírse) opiniones distintas de las verdades oficiales del Sistema que, en muchas ocasiones, y aunque no lo aparenten, más que “información” son “desinformación” y “doctrina”.
Estábamos encantados, digo.
Pero, aparte de picotear en la página del “digital” y copiar, descargar o reenviar las informaciones que más nos interesaban, no se nos había ocurrido “comprar” la edición de “papel”.
Es más, un servidor (enemigo acérrimo de todo tipo de publicidad) esquivaba cuidadosamente los escasos anuncios que aparecían en “el digital”.
Como digo, he quedado profundamente escocido con el comentario de Antonio Orejudo, porque “me ha retratado” en mi inconsciencia y mi banalidad.
A la luz de dicho artículo; y tal y como antaño nos mandaba “la Santa Madre Iglesia” emprendo el camino de la “Reparación” cuyas etapas, si mal no recuerdo, son:
“Examen de conciencia”: De Conciencia” me ha examinado Antonio Orejudo. Y veo clara mi “frivolidad” por no pararme a pensar que las cosas cuestan “trabajo” y que detrás del trabajo suele haber “personas”.
“Dolor de los Pecados”: Mustio estoy de pensar que “por mi culpa, por mi grandísima culpa” ha estado al borde de “irse al traste” este espacio de libertad que es el diario Público.
“Propósito de la Enmienda”: Procuraré, en lo sucesivo, pensarme mejor la "conveniencia" de disfrutar “de gratis” del esfuerzo de “otros”
“Cumplir la Penitencia”: La "penitencia" la vais a cumplir todos los que me conocéis y a los que tengo acceso, pues no pienso parar de daros “la vara” para convenceros de la necesidad de “arrimar el hombro”
El comprar el Público cada mañana no es una penitencia. Desde hace cuatro días, es “una satisfacción” que confío pueda permitirme durante mucho tiempo.
Y no pienso entrar en si los “dueños” son más o menos ricos, lo hicieron mejor o peor, o son amigos o enemigos de Zapatero.
Apuesto por “el medio” y por la gente que hace posible que podamos leer lo que otros no quieren que leamos.
Salud y Republica.
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