15/1/12

En vísperas de una farsa judicial (y una injusticia)

Arropado por el alboroto de “la crisis”, provocada fundamentalmente por quienes nos acusan de ello (provocarla), el sector más reaccionario de nuestra judicatura, firmemente encastrado en el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, se apresta a escenificar el penúltimo acto de la farsa judicial emprendida contra el Juez D. Baltasar Garzón Real.

En mi opinión, y dejando a un lado el caso del Magistrado D. Luciano Varela que parece tener alguna “factura” pendiente de cobro con el Sr, Garzón, no se trata de un caso de animadversión personal, sino de algo mucho más serio.

Se trata de dejar claro al resto de los jueces que “las alfombras”, bajo las que yacen los muertos y los sentimientos de muchos y la dignidad de casi todos nosotros, no deben levantarse para limpiar la mugre y la sangre sobre la que muchas familias “de bien” han cimentado su “prosperidad” y su reconocimiento democrático pese a ser, en muchos casos, herederos directos de ladrones y asesinos.

Más aún, se trata también de advertir a los jueces, que no deben meter sus narices en los “negocios” (por muy turbios que sean) “del poder” y que la “corrupción”, cuando se practica desde el poder, no puede quedar sujeta al arbitrio de un juez fisgón que pretenda aplicar los mismos procedimientos a un ladrón de billeteras que a un “conseguidor” de un partido político. Sobre todo si ese partido político es el de los herederos y administradores del Franquismo.

 
Aprovechan, como digo, la bulla de las Rebajas de Calificación, el aumento del “déficit” y las cifras del paro (que ellos mismos potencian) para, mientras miramos hacia otra parte ensordecidos por los tambores de la “prima de riesgo”, propinar un sopapo judicial a uno de los pocos jueces que ha tenido la “osadía” de "ejercer"  pensando que todos somos iguales ante las leyes y que no puede haber espacios de “sombra” u “olvido” mientras las víctimas, o sus herederos, reclamen una justicia que los tratados internacionales de los que España es signataria, les reconocen.
 
Bueno, pues al grano: En los próximos días, los que opinemos más o menos en estos términos, tenemos ocasión de hacer oír nuestra voz, a las 10 de la mañana, a las puertas del Tribunal Supremo los días 17, 24 y 31 de enero y en una manifestación, cuya hora y recorrido desconozco, el domingo día 29 de enero.

En mi opinión, se trata de bastante más que defender a un Juez, se trata de defender “la Justicia” y nuestra dignidad.

Se trata de evitar el descrédito y el revolcón judicial que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional, propinarán a nuestro sistema judicial si culmina el presente “desatino”.

Reproduzco a continuación el texto del manifiesto presentado ayer por las personas agrupadas bajo la denominación “Solidarios con Garzón” y el cartel con la convocatoria de las concentraciones y la manifestación.

Allí me encontrará quien decida acudir.

Saludos.
 




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